Adolescente, animal gobernado por hormonas.
Me enferma de la forma más perra el que se reduzca todo a una cosa tan ínfima (sin restar importancia). Es como cuando catalogan a un curso de 45 alumnos como malo porque Pedro González es tremendamente malo. Aunque no culpo a nadie por esto; todos tendemos a generalizar. Digamos que el odio a las hormonas es algo que me reservo solo para mí y para quienes me lo sacan en cara.
Debo admitir que en muchas ocasiones la vida misma se reduce a algo así como hormonas, como el monito mayor, en que UNO manda al resto de la masa. Y yo no quiero ser masa, mucho menos el mono mayor. Así que no se.
Hace un tiempo creía que estar en el centro de mi vida. Independiente de todo lo que sucediera, estaba en mi burbujita con parabrisas. Y como es común que cuando se viaja a una velocidad mayor que el estarse quieto, las moscas y polillas tienden a reventarse contra el parabrisas, destruyéndose a si mismas pero sin interferir ni en la velocidad ni el el viaje de mi burbuja. Digamos que iba así, hasta que de pronto fueron tantas polillas y moscas las que se reventaron en mi parabrisas, que simplemente choque con la gran mosca, la vieja, fea, peluda, hedionda... esa misma. Y me quebró el parabrisas, se metió la mugre de afuera, y ahora como que camino medio manchado, medio cojo, medio ciego...
No se. No se.
Estoy como perdido. Y con pedazos de moscas en los ojos.
Y mi odio por la gente que generaliza todo mis pensamientos y los etiqueta como Hormonas Revueltas ha quedado vulnerado en la primera publicación.
1 comentario:
Lo más triste de tener tanta verdad&razón es que uno queda igual. Como poner la foto de un brazo y etiquetarla "brazo".
Y fíjate que el hormonazo dura hasta que no hay más hormonas y te llevan horizontal en un auto con vitrina, y están todos re felices porque empezaste a ser Bueno.
Las hormonas pueden ser tus amigas!
abajito tengo que poner ucuosaf.
Publicar un comentario