domingo, 27 de septiembre de 2009

Hidalgo.

En el fondo me voy cansando de la realidad absurda de una pseudo-existencia así, como viviendo en la vanalidad más absoluta, como si los pasos que he dado fuesen parte del mismo paso que aún no soy capaz de terminar.

Siento que los suspiros no sirven, que los recuerdos no sirven, que no hay suerte que valide a los soñadores ni mucho menos ciencia que los comprenda. Necesito convencerme de que el suelo es lo seguro, de que lo terreno es lo que se espera y aprecia hoy por hoy y dejar de esperar más. Debo mentirme un rato, hacer de cuenta de que nunca he querido algo más allá de lo que ha sido posible hasta hoy y no esperar ni el balcón soñado, ni el café ni las luces de la noche, y olvidar tambien las ideales melodías que podrían haber acompañado una escena como esa; para lo único que me vienen sirviendo es para idealizar un poco (mucho) más.

Tal vez sea el iluso más idealista (idiota?) en 10 km a la redonda, mas no puedo evitar pensar en la vida cuando pienso en el hoy. Proyecto un montón, espero un montón. ¿Y?

Un ejemplo triste del daño; con el paso del tiempo creo que he relacionado "Eras mi persona favorita" con tantas personas que no sé... Me voy a la mierda, es cierto. Pero no puedo evitar perder la cuenta, y querer ser lo mejor para alguien más parece ser algo tanto arcaico como poco creible.

1 comentario:

matías alejandro dijo...

Desde un leve suspiro hasta esa piedra malintencionada que se nos cruza en el camino y nos hace tropezar... todo sirve, nada es vanal. Nada. Tú lo tienes claro. A veces te leo y siento tus escrituras como un leve mecanismo en el cual Javier se esconde para contradecir... créeme, te entiendo totalmente.

Lo importante es no sólo pretender ser el mejor para alguien más, sino también para quien se lo propone. Proyectarse y esperar es lo mejor que alguien puede hacer =) La vida sin aquellos detalles no es vida, no es proyección, simplemente, no es.

Ambos sabemos bien que eso nos inunda, y vaya que al pensar en eso, me alegra. No somos los únicos.

Un abrazo.