viernes, 12 de agosto de 2011

No recordar.

Hace unos días, haciendo una gestión de lo más mundana, pasé por una calle que siempre transito en actividades mundanas y con música indefinida (puede ser el Guincho, puede ser Soulwax, no importa). Había sol, harto. Y no sé si les pasa... a mi al menos me pasa... que cada clima tiene un olor diferente... O tal vez no es el clima en sí, pero como que sólo en ciertos climas aparecen ciertos aromas. Bueno, el punto es que determinado clima me trajo un aroma, y ese aroma un recuerdo.  Y fue terrible.

Fue terrible, porque de pronto todo lo que se intentó fue un aderezo absurdo para complementar un terrible paso del tiempo que se cargaba con las esperanzas de olvidar. Fue terrible, porque no quería recordar que, alguna vez, sintiendo ese olor, bajé del metro corriendo, y busqué a alguien que me esperaba con un beso.
Son cosas que pasan, es cierto, pero no quería recordarlas. Prefiero recordar lo malo, no por masoquismo, sino por obtener distancias adecuadas. Ya no estoy para juegos simplemente porque no estoy para nada. Quiero tiempo y disfruto de él. A veces quiero sol, pero sin recuerdos, y a veces me pongo chaqueta y salgo a caminar en la lluvia porque quiero y disfruto de ella, y está limpia de recuerdos, y es lo mejor.
Pero el sol, ese sol y ese aroma se traen consigo todo aquello que se intentó esconder bajo tanta cicatriz. Yo no estoy para eso, no estoy para recordar ni para sentir de esa forma; más que mal los sentimientos en ecuaciones como esta tienden a sobrar.

1 comentario:

@dmperez21 dijo...

:O
Debía haberlo leído antes de verte.
Saludos!