Ojos bien cerrados, puños apretados.
Los ojos cerrados se convirtieron en obligación. Es un deber de quienes quieren ser felices llevar vendas. Por el contrario, las imagenes de lo que llaman realidad podrían golpear conciencias y terminar cegando de mala manera. Javier prefiere cegarse positivamente y olvidar que fuera de su escafandra hay más burbujas, más mundos y más vendas.
Los puños cerrados son por los nervios; puede ser incluso por la ausencia de una mano a la que aferrarse.
2 comentarios:
me encanta el final :)
Ahora si :)
mi antiguo blog era muy parecido a este
saludos ;)
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