jueves, 10 de diciembre de 2009

En serio

A ratos, sin prisa, me doy cuenta de que paso la vida esperando que llames sin razón, que digas que me quieres o alguna de esas cosas que [imagino] se te podrían ocurrir.

Y siendo aún más tonto, cuando siento tú perfume en la calle entrecierro los ojos, como esperando que tus manos me dejen ciego por un instante y que tu voz me pregunte como nunca "¿Quien soy?".

Es que sin tí soy un cúmulo desgraciado de fantasías, una llave inútil capaz de abrir cajones secretamente vacíos.

A veces, en serio, un te quiero lo cambiaría todo.

Pero que no se mal interprete, no. Quiero un te quiero de esos de nunca jamás, no como el que se le dice al Colo-Colo o al compañero el último día, o el de la mamá... No sé. Otro te quiero; de esos que no entiendo del todo, de esos que no abundan (o hacen falta, no sé).

Créeme que no hay nada más tragicómico que recibir un e-mail tuyo que diga "salva a las Ballenas" o "Ayudemos a Estelita, la niña sin sonrisa" o "Msn será carísimo", en vez de un "como estás" o simplemente un "hoy me acordé de tí, así, sin razón".

2 comentarios:

AM dijo...

Inevitablemente me acuerdo de mí misma. En el fondo, yo también espero.

@dmperez21 dijo...

Hay tantos sin razones Javi.
Como que la vida de las personas se escribe distinto a la propia y hay quienes siendo egoístas se guardan los te quiero o los dejan para momentos en que pueden justificarse, pueden validarse, pueden hacerlo creer y manipular.


Hay te quiero que se esconden en las acciones más absurdas... sólo basta en creer que esos absurdos son te quieros aunque no tan en serios......