Juego diariamente a que no soy yo, Y que vivo de lo que espera el resto porque es de lo más.
Me siento en las bancas, como persona que se cansa de andar, y en la micro siempre doy el asiento. Es tan lindo.
Camino mirando al frente, y, por lo general, evito los contactos visuales. No los entiendo; en el fondo es como una pena tremenda por no parar y decir "Hola, que bueno haber coincidido con tú vida en este momento" y hablar del trabajo, de la noticia del día, de la música y la tele para terminar con un "hasta nunca, suerte en la vida"... Que se yo...
Hoy no soy yo. Mañana tampoco. Y seguramente este artesano que le da un orden [i]lógico a las letras, como ordenandolas, dejará de ser en el punto final, o al final de este parrafo, no sé.
Es miedo, yo creo. Imagino por Miedo a no ser todo lo que podría ser mientras esté fresco y vivo. Es como reinventarse a cada hora... Es nice...
... O, por el contrario, es simplemente lo que quiero creer de mí para no seguir pretendiendo que soy alguien "perfectamente ajustable a lo que son sus seres queridos", y que a ratos tira indirectas para que unos ojos que lo facinan paren, miren y escuchen la cantidad de frases que se podrían leer entre líneas.
3 comentarios:
Por eso la gente miente, porque no se soporta, no soporta pertenecer a la realidad, no soporta estar y verse estando. Por eso a mi me encanta mentir(me), porque al final es una realidad que no es realidad, y al final vivir la realidad es como no vivirla, es como imaginarla, de distinta forma, con otros colores y cuerpos que no terminan, se extienden, se abren, se expanden hasta un infinito, donde se juega, y donde, volviendo a la mentira, se engaña. Y es por eso, nuevamente, que la gente miente, porque no saben vivir sin evitar el hacerlo.
Hoy no soy yo, mañana tampoco, ya no sé mirar con amor a los hojos a pesar de haberlo reaprendido.
ojo sin h
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