jueves, 3 de febrero de 2011

- ¿Te gusta vivir acá?
- No. Me gusta Santiago... Es que el tiene el kiosco cerca - comentó mientras miraba el agua del canal pasar bajo sus pies- Usted conoce el kiosco... ah, no me acuerdo como se llama.
- Cerca de mi casa hay un supermercado, ¿has visto los comerciales de santa Isabel?
- No.
- Ah, bueno. Hay uno de esos.
[...]
- Yo nací en Santiago.
- Oh, ¿y de cuando vives acá?
- Es que yo era niña. Yo nací niñita; tenía ropa de niña y cuestiones así. Despues me vine pa'ca y ahora soy niño.
- Ah... - respondió escondiendo un montón de interrogantes en su mirada al horizonte. El sol ya se iba.- A mi me gusta Santiago, - cambió el tema- pero no sé... Hay mucha gente. A veces sales a la calle, y caminas y no sé, es tanto, es todo... no sé, uno se pierde. En Santiago es fácil perderse.
- Sí, pero igual me gusta.
- No sé, yo me pierdo. Todavía me pierdo... ¿Y cuantos compañeros de curso tienes?
- Cómo 5. Uno es peleador, otro dice garabatos...
- Igual es bueno que sean pocos. En mi curso eramos como 40; hubo algunos a los que nunca conocí bien.
- Sí. Yo los conozco a todos .




[Luego de ello volvieron la vista al agua y se quedaron ahí hasta que salió el pan amasado a eso de las 8.]

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