Una sonrisa imprevista, un beso robado, la canción precisa. A veces el mundo se arregla por un minuto; a veces mi mundo parece responder al universo.
Ya no me pierdo tanto. Ya no camino tanto sin rumbo. Ahora vuelvo a casa y entiendo las cosas de otra forma, y sonrío, y descanso sabiendo que no dejará de estar ahí la sonrisa que me dejó la última vez; y si de sonrisas lindas hablamos, siempre es un hasta pronto.
El mundo se hace más difícil cada día, es cierto. La edad, la vida, el tiempo, el viento, la furia. Todo empuja al borde, todo acelera contra el muro. Pero de pronto somos dos contra el viento, dos que se iluminan con el ir y venir de las luces de los automóviles. Un reflejo en tus lentes termina descubriendo tus ojos que miran el camino; yo miro de reojo tus rasgos para retenerlos en alguna parte. Por un rato no importa el camino; tu mano me guía; voy contigo a alguna parte. Y sonrío.
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