jueves, 26 de agosto de 2010

No sabe cómo pasa el tiempo; no sabe cómo, así que se sienta en aquel lugar donde más viento pasa, donde más hojas secas caen, y ve como cada microinstante fluye, como el viento se lleva todo, tierra, basura, parte de él. Y se vá, todo se vá y se pierde.
Ya no quiere caminar. No es algo para siempre, no. Es un instante. Es el instante en que ya todo deja de tener sentido y agrada, el instante en que ya deja de ser él y sus condiciones. Ya no pensará, no por un segundo. Sentirá y nada va a cambiar. Sin embargo el viento habrá barrido, y del todo sólo quedará la mejor parte.

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