Una facilidad para desmembrarme que me asusta; un control que perdí y que lo recuerdo ausente cada vez que cortas como una V desde mi pecho y terminando entre mis hombros y mi cabeza; ese espacio que era tuyo y que por alguna razón que a veces comprendo diseccionas.
Es eso, o asumir que las burbujas, al tocarse, iban a reventar de todas formas. Y yo perdí los brazos en este viaje.
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