sábado, 31 de diciembre de 2011

Tengo miedo porque la soledad es tan subjetiva que sabrá como hacerme sentir que me faltan más cosas de las que en verdad podrían hacerme falta. No quiero engañarme tampoco asumiendo de lleno que todo está bien y que lo que no tarde o temprano mejorará.

Raices

Me gustaría no escribir nada para que el título de esta entrada tome fuerza.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Debe existir una fórmula para arreglarlo todo. Quiero aprenderla, aprender y que de pronto todo vuelva atrás. Volver a crecer y decidir diferente, probar otras cosas, hacer algo más.
Pero soy joven, y siento que siempre es demasiado tarde; que no hay vuelta ni destino fiel. Todo se destruye, todo se triza, todo falla tarde o temprano. Yo fallo, siempre y más temprano que tarde.
Tengo miedo constante, y necesito abrazos nuevos, diferentes, qué se yo. Estoy ahogándome en un pozo que yo mismo he construido; quiero que algo de todo resulte, pero no sé qué.
Las cosas no van tan bien, es la verdad. No tengo todo bajo control y estoy vulnerable a todo. No he llorado ni he tenido ganas de hacerlo, y no sé si es lo mejor esto de aguantarse y dejarse llevar por reinvenciones que en verdad son salidas de emergencia.

Necesito un centro; mi mente occidental necesita uno; no más karma ni ying yang. Necesito un centro; un punto que le de sentido a todo.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Y son las seis de nuevo. Intranquilo rebusco objetos de la memoria, como buscando excusas para que perder el tiempo resulte enriquecedor. Tomar de a poco todo el pasado, revolverlo con el presente y los supuestos de un futuro lleno de interrogantes. Hacerse parte de pronto del círculo de interrogantes para luego acabar perdido, aún más que al comienzo de todo.
Tengo las sensaciones revueltas y la mente intranquila. Mientras tanto, la gata se rasca y juega con su cascabel nuevo.
Está saliendo el sol, pero dentro todo es oscuro. Y es una pena, porque mientras la gente habla de felicidad yo no termino de comprender qué de todo está pasando o dejó de pasar.
Lo más terrible de aprender está en que nunca es en vano y que nunca se logra sin dejar marcas.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Contaminación Acústica



El miedo cambia de forma; ya no son los mismos de antes. Ahora hay nuevas sombras, nuevas calles, nuevas voces y melodías.
La velocidad es otra; las cosas cambian rápido, fugaces, como si el tiempo jugara conmigo y lo que hago. Las distancias se acortan, pero nunca dejan de ser paralelas, y parece todo tan seguro y estable a lo lejos que pareciera que el caos está en un cercano subsuelo, esperando el menor tropiezo para surgir.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Memoria fotográfica.

La fotografía como "memoria cristalizada" dijeron por ahí, y me causa curiosidad de pronto la médula del color, de la forma, de lo que sea que me causa una pena rara, un vacío terrible, como si fuera del fotograma no hubiese nada, como si la distancia entre la verdad y el encuadre fuese infinita y terrible.
Paradójico me parece que en vez de llenar se lleve todo. Paradójico me parece que aun siendo algo tan lejano, tan no mío, tan de afuera, me haga extrañar cosas que incluso desconozco. 

sábado, 10 de diciembre de 2011

Veneno

Sé que te gustaría que las cosas fueran diferentes, pero de pronto parece ser que todo se enredó. Claro que no fue una elección; no fue el de pronto dejarme ir en esos rollos que me gustan, que me sacan  y me llevan a volcarme a mis malos ratos autoinflingidos. Fueron otras cosas, externas, presiones terribles o no tan así, qué se yo.
Pero a ratos tengo miedo de mi inutilidad, de lo fácil que me pierdo, de lo fácil que contamino todo. Tengo virtudes innecesarias que no suman ni restan nada. Tengo vicios y deficiencias que hacen peso; invisibles y terribles. Tengo el suelo plagado de raíces extrañas; la tierra contaminada, los cimientos infértiles. Tengo miedo de todo, cobardía pura.
Y no hay seguridad que pueda contra todo; no hay promesa que sirva si quiera de punto de partida. De pronto perder el sentido es fácil, y dejarse llevar siempre es un peligro. A veces tengo pánico de equivocarme, de hacer mal sin querer. Tengo miedo de perderme, porque hay tantas formas de no encontrar el rumbo que tal vez lo mejor es siempre quedarse y nunca partir.