Lo cierto es que esto es un alto, porque aun debo leer. No basta con un día de trasnoche, porque los días se hacen cada vez más cortos y pesados.
Debería leer, pero quiero dormir... En verdad quiero leer, pero debería dormir; ya no sé cual es el mejor orden para los factores, el punto es el resultado, (k) invariable. Y es así con todo.
Esta noche, como algunas otras, me deshago. Pero eso ya no me quita las ganas de correr, arrancar; la gracia de ir colina abajo es que te vas sólo, con el vuelito. Tengo ganas de creer en mi, por una vez. Y si bien no es el mejor momento para intentarlo, nada pierdo; todo lo propenso a perderse quedó en el camino.
Esta noche no hay café; no quiero espantar los sueños. No hay manos ni abrazos, sólo libros y hojas de presentaciones complejas. Pero la vida es así, y uno de estos días no tendré nada que hacer ni nada que olvidar...
1 comentario:
te quiero, oye.
A lo mejor no son las manos que esperabas, pero siempre van a estar para ayudarte a ponerte de pie.
Mojona.
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