Los vacios inquietantes. En un comienzo la ausencia de banda sonora lo fue, pero después de un tiempo uno acostumbra el oído a esa nueva tendencia. La fotografía es linda; digna de ser trabajada en progresiones lentas.
Pero el guión?
Me llama la atención cuando las películas te inquietan así; es como saberte amo y señor de apagarla, cambiarla, hacerla parte de un intento no-resuelto. Pero no, te inquietas, y serías capaz de ver el recorrido de un hombre que camina al rededor de Américo Vespucio cinco veces con tal de saber si morirá o llegará a casa a tomar once, con su familia o sólo, feliz o vacío.
Esa inquietud, tan propia de la pantalla grande, se desbordó. No sé ya donde va.
No hay comentarios:
Publicar un comentario