domingo, 15 de mayo de 2011

La composición del miedo

"Ve y baila con cualquiera"
No quiere ser duro esta noche, no quiere ponerte a prueba. Quiere saber que le eliges y no que lo tomas como tu única opción. Es sábado en la noche y te aseguro que todos querrán estar contigo; esos que están ahí te pelearían aún sin conocerte, porque lo único que les importa es moverse una noche más, entre el licor y las luces, hasta los brazos de quien sea que les mire por más de tres segundos.
Así que hazlo; si él quiere que lo hagas, hazlo. Una vez que decidas no hay vuelta atrás. Ve y baila; busca y encuentra cuanto más te pueden ofrecer. Es entretenido si lo piensas bien; vas, haces lo que tienes que hacer y vuelves a comentarlo. Si te das cuenta de que en verdad no le quieres y que sólo es un flujo de emociones que se mezclan con tu necesidad terrible de compañía, perfecto, ve y comparte tu cariño en esta y todas las pistas que cada noche atrapan pobres ilusos que romperán su corazón aun sin siquiera hacer uso de él.
Los sábados en la noche se parten muchos corazones, y las pistas de baile se inundan de música y sudor. La pena chorréa por la ciudad. Cada alma arrastra su propio peso hasta su hogar, aún cuando tenga cuanto tenga en su cama. La ciudad queda marcada por rastros que se disimulan bajo la risa, la indiferencia y la calentura.
Volviendo al tema. Te da esta noche la oportunidad de ir y reconocer cuanto más puedes encontrar. Le han roto el corazón antes, parece. No quiere contaminar más si ciudad, parece. Le han roto el corazón y le ha dolido. Te pide que bailes con cualquiera por una vez, y posiblemente el también baile con cualquiera, porque es sábado en la noche, y sus ideas flotan entre su normal falta de tacto y el alcohol. Así que ve y hazlo, siente que te quieren un poco sin razón por una noche, y vuelve a sus brazos si aun así lo quieres. Pero te advierto que él nació muerto y creció perdido (¿creció?); te lo advierto porque podría eventualmente dejar de quererte esta misma noche, o por el contrario (como en otros casos) no poder olvidarte de manera decente. Es más; podría bailar con cualquiera y no volver a verte. Por eso te lo advierto; tiene un corazón frágil, y si le dicen lo que quiere oir, creerá lo que espera creer. No hay maldad, sólo está perdido. Así que baila, baila esta noche que no va a dolerle a nadie (tal vez a ti, él no lo sabe). Baila esta noche y con cualquiera, y si aún te parece bueno apostar por sus brazos, quedas en completa libertad de correr el terrible riesgo.

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