Le quedaban dos líneas por acertar y se llevaba una PSP, el premio mayor de la maquinita. Me quedé observando cuando vi que de pronto toda la gente se detenía a mirarla jugar. Entonces acertó una más. Le quedaba una, y cada vez éramos más quienes observábamos.
En el último segundo por cosas de precisión falla, y al darse vuelta descubre que además de sus papás habíamos al menos 15 personas dispersas por el pasillo mirándola. Se pone colorada un poco, y la masa de golpe se dispersa.
Fue un buen día parece, porque después de eso me fui sonriendo, le dí al botón de Play y sonó Caribou.-
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