domingo, 31 de octubre de 2010

Noviembre es otro mes

Las palabras están sobrestimadas. Así mismo lo están todos los recuerdos que conectan, incluida la vida misma y todo lo demás.
Porque al final soy yo el que lee lo que quiere leer, porque interpreto más de la cuenta, no sé. Disfruté lo que para otros fue una novela que se escribe sin ganas, con un lenguaje complejo, con la mano cansada. De eso soy culpable; de darle curso a unas letras perdidas.

Me destruye saber que al final todo es un reflejo de una realidad a medias. No puedo confiar nunca más así; no debo, no corresponde. Uno termina por comprender cosas así, por conversaciones a las una de la madrugada, cuando en la mejor de las buenas ondas uno intenta no perder el norte.
Mi norte era volver a algo.   Pero al final duele. Todo duele.
Y no sé nada de nada, pero tengo que sonreír, estudiar y chao, porque por estos días sentir debe ser  es algo completamente accesorio, y uno llora mientras camina o ve tele sin dejar de vivir en la normalidad. Así mismo me río de la tragedia; todo parece tan absurdo! Tal vez debí escucharte menos y ver más. Lo siento.

El punto es que ahora necesito, tal como tú lo has hecho, evolucionar. Y tal como tú lo has hecho conmigo, condicionarte, aislarte, sacarte de mi mundo, sacarte de todo lugar en el que nunca estuviste al ciento por tener la cabeza en otra parte.

Y sí, sólo si a alguien le interesa saber... Sí, creo que me había enamorado.

sábado, 30 de octubre de 2010

Hoy descubrí que definitivamente el corazón no se me rompió. 


Las cosas rotas pierden conexiones; se desintegran, se dispersan. Las cosas enteras tienen la posibilidad de ser funcionales, las rotas dejan de utilizarse. Algo completo sabe de tiempo, una cosa rota, en definitiva, se estanca en un momento y de ahí no sale; siempre es un colgajo, siempre es un recuerdo.


Mi corazón, definitivamente, no se rompió. Todavía duele, pesa y se inunda.

jueves, 28 de octubre de 2010

Podría enterrar la punta de una aguja en mi cabeza y mi reacción sería la misma que con una bala.
chao

miércoles, 27 de octubre de 2010

En verdad sí tengo mucho que decir. Así mismo tengo mucho miedo. Al final, todo se anula.

Yo? me consumo.

martes, 26 de octubre de 2010

Cuestión de fe

Tejimos una historia con bolsas de feria, las de colores. Es algo que tiene mucha onda; a las niñitas de nuestros lugares predilectos les encanta. Diseño independiente.


Nosotros fuimos diseño independiente; una cosa que tú y yo llegaríamos a entender. Cosa de proximidades, de sabernos más de la cuenta. De excesos, tal vez.


El punto es que, como toda bolsa de plástico, no pasamos la prueba de fuego; yo, bolsa verde, y tú, roja, nos derretimos. Y a nadie le gusta ese plástico, pegote, que se deforma.

Entonces?
El reciclaje? Cosas de tiempo. No sé. Hoy somos tóxicos parece, y yo me desarmé. Es la constante en mi usar esa palabra, desarmarse, y suena tan patético como yo en mi cabeza, como yo en mis ecos del ayer, como yo envuelto en eso que siendo tan especial se convierte en algo tabú; Sentir o algo así.




I asked you a question
I didn't need you to reply
Is it getting heavy?
But they realize


Is it getting heavy?
Well I thought it was as
already as heavy as can be


Is it overwhelming
to use a crane to crush a fly?
It's a good time for Superman
to life the sun into the sky


Cause it's getting heavy
Well I thought it was already as heavy as can be


Tell everyone waiting for Superman
That they should hold on as best they can
He hasn't dropped them, forgot them, or anything
It's just too heavy for Superman to lift


Cause it's getting heavy
Well I thought it was already as heavy as can be


Tell everyone waiting for Superman
That they should hold on as best they can
He hasn't dropped them, forgot them, or anything
It's just too heavy for Superman to lift

sábado, 23 de octubre de 2010




Es necesario que camine, y no quiero que nadie me empuje a hacerlo. No puedo esperar más cosas de nada, al final del egoismo es bueno aprender que siempre seré uno y lo demás, a ratos, estará demás. Tal vez buscar la linea intermedia entre el egoismo y la empatía sea bueno, y partir de ahí.
Sospecho que, apenas logre irme, no tendré razones para volver.
Me molesta el estómago pensando en el peso de preocupaciones que ya no me corresponden.

jueves, 21 de octubre de 2010

No puede ser que el paso del tiempo sea tan arrasador. Simplemente no es justo; no es justo que se lleve todo, no es justo que siga creciendo así, que pasen meses tan terribles, que siga sintiendo lo mismo como si no hubiese aprendido nada.El viento se lleva lo que le conveniene... o lo que no pesa? tal vez con el tiempo sea lo mismo.
Pero es injusto, porque yo estaba feliz. Es esa angustia, esa pena, ese sesgo de pensar que si no despierto de una vez todo seguirá igual. Eso mismo es lo que ocurre cada día; ese desgano de saber que despierto dentro del mismo sueño recurrente, el oscuro, el eterno, el vacío, el solo.
Nunca despierto, nunca. 
Es que mi casa no es mi casa, mi pieza no es mi pieza, mi cabeza viajó por negocios, mi corazón enjaulado.
El tiempo, después de todo, se demora.
El mundo (el mío) es una pecera. Así, de pronto.

Estoy contenido en algo que me pesa, estoy hundido en algo denso donde pierdo la sensación de tener pies, manos, voz y corazón.

En la pecera, como el mundo es pequeño, tiendo a hacer mapas con lo que va pasando; tengo la sensación de que si repito los recuerdos varias veces, el mundo se irá viendo más rico en espacios. Y es lindo, porque los recuerdos son como cajas de tizas de colores, y disfrazo todo el vacío de hoy con los aromas del ayer. ¿Ese es el mundo? sí. Es eso.

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Tal vez debería dejar de leer el ayer. Es como esa caricatura donde sale un señor que busca un nintendo y juega; al lado dice "Esto no te hará más joven". Es como eso, ¿no?
Es extraño acordarse de pronto que alguna vez todas las cosas se suponían perfectas. Amaba esa perfección que incluía hablar, callar, llorar, sentir olores y sonreír, abrazar con fuerza y dar besos con palabras al oido y corazón. El teléfono en la noche, las calles de providencia un Jueves cualquiera. Mi abuelo preguntándome que cuando le iba a llevar una chiquilla, los pasteles que traía y que me daba con las mismas manos que tocaban tanto a sus perros.
La vida y todos sus componentes hay que agradecerlos, es cierto. Pero yo no quería que se fueran. No tenían que hacerlo.

Y es una pena que todo se desmigaje así, así como el pan tostado que se quemó en una cocina el 24 de agosto en la mañana, al lado de la leche que se volvió nata esperando una camioneta; así como las ganas de querer en las noches que se volvían días y tardes interminables, que se alargaban y desaparecían en un terrible domingo en la tarde. Así como un 21 de mayo lejos de las burbujas que llamamos realidades.

Es una pena, porque no queda nada para hoy; tal vez sí para mañana, y no puedo no agradecer el ayer. Pero el hoy está vacío, con ese vacío propio de espacios que pesan más y más sin fin; como esos vacíos interestelares que se llenan y pesan por materias no identificadas. Son esas materias las que no me dejan, nada más que eso. Y yo ya no quiero más, así de simple. No sé que quiero, porque de pronto todo falta, y cada movimiento, cada paso que doy, lo hago para deshacer e ignorarlo. 
Por la mierda! Esta noche es tan vacía y duele tanto el pecho! parece que las ganas de vomitar remitieran a cosas más allá que aquello que se ingirió hace unas horas; una especie de vomito metafísico o algo así.
Santiago sí es un pequeño zapato, y el cielo se pone de colores raros que por alguna razón siempre veo y nunca omito.
Santiago siempre logrará doler de alguna forma, y no en un intento de hacer pebre mi suelo recuerdo que lo mejor de europa era que no había nada; que todo estaba limpio de lo que reparto por las calles (las mías, claro).

A esta hora recuerdo que debo dormir. Pero como nunca hago lo que debo, leo citas de películas que me hacen sentido con todo lo que ocurre a diario y suelto todo, y se supone que everybody's gotta learn sometimes, y que Amelie no tiene huesos de cristal y podrá vivir bien.

Entonces, ahora, debo aprender a batallar. La tarde no me debe ganar nada; el levantarme tampoco. Por favor, debo dejar atrás los ideales; las ganas se hacen, yo sé que sí. Necesito que sea así, sino, no me queda nada.

lunes, 18 de octubre de 2010

Espacio muestral


Las aproximaciones son como las percepciones erradas. Hay grandes y pequeñas; todo depende del tramo con el que se vaya a trabajar.
Aproximar la realidad supone peligros que se nos van de las manos, y esto no es concluir que se está a tiempo de hacer cosas al respecto; tal vez es un esquema para reconocer un mundo que cabe dentro del plano cartesiano y que esto no implica que sea correcto. El punto está en que para este tipo de problemas hay una formula. La abstracción es menor; el resultado es real. 
Algo va a dar; no sabemos qué, pero en algo aterriza. 

Es cosa, creo, de resolver la ecuación con tranquilidad, de no alterar más factores, de no reducir el espacio muestral cuando en el desarrollo del problema todo es una posibilidad.


domingo, 17 de octubre de 2010

En las dinámicas del perderse, callar es mutilarse, y no mirarse es aceptar que el fin de la noche acaba con el ayer que se traduce en memorias en cuarentena.

miércoles, 13 de octubre de 2010

aun

Cuando el interruptor hacía click y la pieza quedaba a oscuras comenzaba a temer. Primero porque en la pieza del lado la luz permanecía prendida hasta altas horas, y producía sombras extrañas que iban y venían dejando un rastro de crujidos, y segundo porque si miraba hacia la pared de frente a la cama lograba ver una luz verde, fija, como un láser. En algun reader's digest leyó que unos soldados vieron algo así en plena guerra y que finalmente resultó ser Jesucristo; aun siendo algo así lo aterraba.


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de pronto todo lo que eran memorias son fotografías. Recuerdo vivamente el miedo, como si nunca se hubiese ido.

lunes, 11 de octubre de 2010

No sé como se parten estas cosas porque sencillamente no sé que voy a decir. Voy a jugar a la ruleta rusa esta tarde para comentarte lo que pasa.
Ella ha estado en tu lugar, imagino. Y escucharla, de alguna forma, es escuchar las cosas que no dices pero supongo que sientes.
No es triste. Es lo peor, porque entiendo tan bien sus decisiones que debería comprenderte y ser así de consciente.


Tengo que crecer, es cierto, y es cierto también que no estoy entero. Y me gustaría de verdad pensar en tiempos mejores, y con esto no me refiero a ninguna situación particular entre nosotros, me refiero a ser capaces de definir y delimitar.
Soy un niño, ya ves.

sábado, 9 de octubre de 2010

Los Barcos

se hunden.


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Entonces, la ansiedad es lo que come desde el centro de mi universo.

viernes, 8 de octubre de 2010

Uno quiere, hace esfuerzos y se va a la mierda.
Ayer lo dije y me escuché trajicómico. Pero la verdad es esa; puta que era feliz. Y todo se hunde (todavía más, meh. Nunca es suficiente).

Creo que tengo muchas cosas que evaluar.
Creo que tengo que pensar más y sentir menos. Enfriar.

Yo no lloro, vomito y pierdo la fuerza en las piernas. Me ahogo, multiplico la masa del aire dentro de mi, se potencia, mas nunca lágrimas.
No sé que pasa, siento que dentro de todo soy un algodón que ya pesa de tanto que ha absorbido.

martes, 5 de octubre de 2010

Disfrutan la orilla y luego se van...

domingo, 3 de octubre de 2010


El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo El tiempo ...


Tengo que hacerme ideas más claras, tengo que crecer y madurar. Tengo que dejar las tensiones, tengo que relajar las ideas. 
Uno hace de pronto castillos en el aire, pero todo es tan vano que ya no es que el castillo se desarme, tiene que ver con que mi motricidad fina simplemente no recrea castillos.

Hay dolores que no se quitan con medicamentos ni nanai, que son de uno, y por ende, cada quien debe batallarlos. Eso lo aprendí, ahora debo ponerlo en práctica. No soy quien para crear mundos; pasa por un tema de suficiencia, porque soy insuficiente.  
Con el pánico dentro no descubro nada, siento, y lleno lineas que no dicen nada como si fuese aire que se expulsa porque sí.

Que los días me devoren. Idea recurrente; debería dejar de ser tan recursivo. Es que no quiero pensar, es eso, y quiero dejar atrás los miedos porque lo malo de tener el corazón en las manos es que sufre las convulsiones de la vida reflejadas en estas.

Necesito algo, y no sé que es.
Pero hoy ruego que las horas raudas destruyan.

sábado, 2 de octubre de 2010

Que las horas me hagan trizas, que los días me devoren. 
Uno de estos días el calendario me borrará del mapa. 




Que me diluya, que me diluya.
Todo está vacío, nada tiene sentido, el estómago, el pecho, el aire. 
Nada tiene sentido, que me diluya en las horas, en los segundos, los minutos.
Que me devore el viento y las ganas de volar, que fluya luego, que se vacíe. 
Queda tan poco! y todo es tan vano! Todo es tanto! todo es tan poco!
Vacío, de nuevo, vacío. Tengo que caminar al sol.


Que las horas me hagan trizas, que me pierdo y me ahogo.
Que los días me devoren.
Uno de estos días el calendario me borrará del mapa, y sin referencias, cielo, me deshago.
Que las horas me hagan trizas, que los días me devoren. 
Uno de estos días el calendario me borrará del mapa. 

A estas horas y alturas sólo queda lamentarse. Una. Dos. Tres veces más.