Hoy descubrí que definitivamente el corazón no se me rompió.
Las cosas rotas pierden conexiones; se desintegran, se dispersan. Las cosas enteras tienen la posibilidad de ser funcionales, las rotas dejan de utilizarse. Algo completo sabe de tiempo, una cosa rota, en definitiva, se estanca en un momento y de ahí no sale; siempre es un colgajo, siempre es un recuerdo.
Mi corazón, definitivamente, no se rompió. Todavía duele, pesa y se inunda.
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