El mundo (el mío) es una pecera. Así, de pronto.
Estoy contenido en algo que me pesa, estoy hundido en algo denso donde pierdo la sensación de tener pies, manos, voz y corazón.
En la pecera, como el mundo es pequeño, tiendo a hacer mapas con lo que va pasando; tengo la sensación de que si repito los recuerdos varias veces, el mundo se irá viendo más rico en espacios. Y es lindo, porque los recuerdos son como cajas de tizas de colores, y disfrazo todo el vacío de hoy con los aromas del ayer. ¿Ese es el mundo? sí. Es eso.
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Tal vez debería dejar de leer el ayer. Es como esa caricatura donde sale un señor que busca un nintendo y juega; al lado dice "Esto no te hará más joven". Es como eso, ¿no?
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