Tengo no sé si las ganas o la necesidad de que me digas, nuevamente, cuanto no me quieres. Soñé puras webás terribles; creo que por ahí va la cosa, porque estuve pensando mucho que el día se partiría en un segundo, y de pronto nada sería igual. Constantemente tengo miedo y no hay escape posible cuando el responsable de todo es uno mismo.
No sé como hacer que las cosas mejoren, esa es la verdad. Y siento que, por errores de cálculo, estoy dejando la cagada en cada aspecto del todo. Yo no quiero fallar, pero lo hago, y lo peor es que suelo fallarle a la gente que más quiero.
La ley de atracción funciona perfecto siempre, pero cuando no sabes que quieres, las consecuencias nunca son buenas. La casualidad, a veces, puede matarte hasta de pena.
1 comentario:
sólo no me ocultes cosas.
de lo demás me encargo yo.
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