jueves, 31 de diciembre de 2009

Maraña




Hoy cobré mi primer cheque. Es jevi, porque no es de mucho valor, pero me sentí culpable de muchas responsabilidades.

Es raro, a veces me gustaría elegir que partes de la vida quiero sacrificar y otras para realzar, pero a ratos me parece que esas elecciones vienen predestinadas a ser todo lo contrario. Es como cuando te compras un Kino y comienzas a ver que harías con la plata que nunca ganarás; me dijeron que eso era de mala suerte, que si planificas no lo ganas.

Hoy caminé tanto, y hablé harto harto. Pero no sé, a veces creo que hablo demasiado para decir tan poco, y que muchas partes 
de mi vida son vanidades que desembocan no sé aún en qué.
 Seguramente estas líneas son un ejemplo de eso, que se yo.

En definitiva, si he de necesitar a alguienes (amigos, <3, lo que sea), necesito que me lean entrelineas. Porque soy weon para la vida y los pensares; hilo de maneras que pocos y yo comprendemos. 

Algo curioso; Hoy  disfruté de lo místico de una galleta de la fortuna no digital. Fue tan rico! no por el sabor, claro... Sino por lo simple y místico del asunto; Me gustaría que muchas cosas sean las que comienzan a existir de a poco, onda, amistades, matriculas, vacaciones, etc. 


"Aprende a hacer uno mismo"
Eso me dijo la galleta de la fortuna de verdad.
Me muero de ganas de corregir al autor y de ser corregido por la galleta...    

martes, 29 de diciembre de 2009

Signos.

Digamos que estando lejos [tú] 
pierde sentido que me conecte hasta las cuatro.


 Y esto no es un vuelve luego. No pos...

 Vas a leer esto?
No, cierto? 
No.

Voy a jugar a la mala vida un rato, y seguiré llamando sin esperar respuesta, que parece que es la tónica de nuestras vidas. 

domingo, 27 de diciembre de 2009

De abrir los ojos

¿Cuanto más hay que dormir?
Esto de ser un ser Stand-by
simplemente me mata de a poco.

martes, 22 de diciembre de 2009

Diluyente

Y creeremos que el cielo está a un paso
aún cuando el infinito no de el brazo a torcer,
y para cuando nuestro día muera
te lo aseguro
no seremos ni la sombra de nuestras memorias.

Tiempo, por favor

Hace días siento que desaparezco de a poquito de la vida del antes de ayer; como que no tengo tiempo ni fuerzas para leer, siempre quedo en las ganas. Tampoco he visto a mis amigos ni he visto mucha tele...

A veces pienso que el tiempo tiene una fuga jevi.

De vuelta del trabajo pensaba algo así; como que decidí que lo mejor sería tener una cajita para guardar los tiempos libres... Recuerdo que en días de preu siempre tenía medias horas libres, y era tan penca porque en el fondo no servían para nada, como que tomaba agua, me desataba la corbata y ya se estaba haciendo tarde.

Me hubiese gustado acumular las medias horas de lunes a viernes, y, por ejemplo, gastarlas un sábado o domingo por ahí, en un loco desayuno de Galletas con Yogurht en la galería imperio, o no sé, conversar mientras se graba el movimiento de las nubes con la interferencia periódica de una grúa.

Era tan triste ver como ese tiempo se iba, así tan vacío. Y hoy no sé por qué, pero no cundo del todo. Como que esos medios tiempos me carcomen, y los días se hacen tan rápidos y tan vacíos...

sábado, 12 de diciembre de 2009

Imaginar

Juego diariamente a que no soy yo, Y que vivo de lo que espera el resto porque es de lo más.

Me siento en las bancas, como persona que se cansa de andar, y en la micro siempre doy el asiento. Es tan lindo.

Camino mirando al frente, y, por lo general, evito los contactos visuales. No los entiendo; en el fondo es como una pena tremenda por no parar y decir "Hola, que bueno haber coincidido con tú vida en este momento" y hablar del trabajo, de la noticia del día, de la música y la tele para terminar con un "hasta nunca, suerte en la vida"... Que se yo...

Hoy no soy yo. Mañana tampoco. Y seguramente este artesano que le da un orden [i]lógico a las letras, como ordenandolas, dejará de ser en el punto final, o al final de este parrafo, no sé.

Es miedo, yo creo. Imagino por Miedo a no ser todo lo que podría ser mientras esté fresco y vivo. Es como reinventarse a cada hora... Es nice...

... O, por el contrario, es simplemente lo que quiero creer de mí para no seguir pretendiendo que soy alguien "perfectamente ajustable a lo que son sus seres queridos", y que a ratos tira indirectas para que unos ojos que lo facinan paren, miren y escuchen la cantidad de frases que se podrían leer entre líneas.

jueves, 10 de diciembre de 2009

En serio

A ratos, sin prisa, me doy cuenta de que paso la vida esperando que llames sin razón, que digas que me quieres o alguna de esas cosas que [imagino] se te podrían ocurrir.

Y siendo aún más tonto, cuando siento tú perfume en la calle entrecierro los ojos, como esperando que tus manos me dejen ciego por un instante y que tu voz me pregunte como nunca "¿Quien soy?".

Es que sin tí soy un cúmulo desgraciado de fantasías, una llave inútil capaz de abrir cajones secretamente vacíos.

A veces, en serio, un te quiero lo cambiaría todo.

Pero que no se mal interprete, no. Quiero un te quiero de esos de nunca jamás, no como el que se le dice al Colo-Colo o al compañero el último día, o el de la mamá... No sé. Otro te quiero; de esos que no entiendo del todo, de esos que no abundan (o hacen falta, no sé).

Créeme que no hay nada más tragicómico que recibir un e-mail tuyo que diga "salva a las Ballenas" o "Ayudemos a Estelita, la niña sin sonrisa" o "Msn será carísimo", en vez de un "como estás" o simplemente un "hoy me acordé de tí, así, sin razón".

viernes, 4 de diciembre de 2009

Me corté el pelo.

Me corté el pelo.

Me reí y tomé té con los codos bien puestos, con la cara llena de risa y con dos de azucar.

No tomé café, pero me reí con la teleserie. Dije que sí al dulce de membrillo, que no al queso, y cuando me ofrecieron más, dije que era suficiente.

En el fondo, no sé donde cresta falló la ecuación, y el corte de pelo no sirve para nada solo por ser mi pelo el que se corta.

martes, 1 de diciembre de 2009

Vamos.

Vamos a creer que la vida se puede, que es liviana...

A ratos me tiemblan las piernas, y no te imaginas el miedo que me da pensarte lejos. Hay algo que me ha envuelto, algo de tí que no identifico del todo.

Hoy me da por odiarte, y sólo como excusa para no necesitarte. Y es que la vida no se puede, porque tu, pesando tanto, cuelgas de ella.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Naive

Las frutillas habían teñido de rojo los dedos y las risas.

Era absurdo, absurdo; Todo era un carnaval. Todo era delirio.

Me miraste, recuerdo. Y no pude sentir más peso que en ese segundo. Ya no quería que me rescataras, no quería más sonrisas ni más cumplidos.

Y reí, rojo de frutillas, como nunca.

Era absurdo. Absurdo.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Biorritmo

Cada cierto tiempo me voy a la cresta.

Sí, y se nota.

Ahora último encontré algo súper curioso en internet, y como que es tan creible... no sé.
Mire:



Igual es Jevi, porque como que tiene demasiada razón; si no me equivoco, estaríamos en precencia de algo así como mis "periodos", ¿se cachan?

Bueno, acompañando a este gráfico aparece esto:

Es mejor que no confíes en tus sentimientos en los días emocionalmente críticos, ni actúes en función de ellos. No tomes ninguna decisión importante en estos días o podrías arrepentirte después, en síntesis, piensa muy bien las cosas antes de cualquier decisión en estos días


já.


Igual sería bueno... Porque según esto, para la PSU me encontraría en el apogeo del desarrollo intelectual (:

martes, 17 de noviembre de 2009

La trascendencia no es lo mío. Punto final.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Pensar

Que se pase la gracia y la sonrisa. Que el cielo se ponga oscuro, y las luces se apaguen lentamente a eso de las una a.m, para terminar en cuanto el faro de oriente, a eso de las seis y media a.m, nos pretenda dar una nueva posibilidad.

Que sean mis ojos los que ya no quieran verte, y tus manos las que quieran [seguir] esquivandome.

Que las palabras no sobren, o que los silencios nos sean perfectamente cómodos y excluyan esas miradas fugaces. Que tengamos perfectamente claro lo que no somos ni seremos nunca.

Que las horas no nos crean, que mi cara se desvanezca entre el verde de la vida, y que el aire nos arrebate los suspiros para que sean lo mismo de siempre; un vulgar respiro.

Encontrarnos 5 millones de pesos en la vereda y separar los caminos fo evah, o que tome la micro equivocada y que me lleve para siempre a donde no lleguen tus ganas de verme.



Aparte de estudiar hago muy pocas cosas.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Semiconexion.

Una sobredosis de azucar me ayudó a pensar hoy en la tarde. Igual era súper necesario; había salido de mi casa peliado con mi mamá, pensando en que mierda pasaría despues del 2 de diciembre...

Iba triste, no enojado. El punto es que ambas cosas (creo yo) no se me notan demasiado, y a veces la gente que las nota las confunde. Yo por mi parte, salí como necesitando en verdad muchas cosas, y lo primero que pensé fue en lo grato que sería verme con alguien en el paradero. Quien fuese, para distraerme un rato. Pero eso no pasa, meh, o al menos no cuando se necesita.

Entonces me acompañé de la música, no la de siempre. Una más movida.

Cuando llegué al preu, antes de entrar compré hartos dulces. Pelayos y sunny. No sé cuantos fueron, pero gasté harto en ellos...

Tenía prueba, y mientras sacaba calculos fueron muriendo de a poco aquellos manjares, no sin meter algo de ruido al desenvolverlos. Al salir del mini ensayo de satán ya estaba bien. Parece que el azucar me ayudó, no sé en verdad...

He escrito bastante y no he llegado a nada (lo sé, y lo lamento). Pero debo plasmar un poco la situación actual:
- Estoy perdiendo demasiado tiempo en respirar, mirar, escuchar y sentir (en serio, es mucho).
- He discutido un tanto, y lo peor es que (como casi siempre) tengo ganas de mandar a la cresta a mucha gente.
- Cerré feisbuq. Me aburrí (por ahora, creo) de que me consuma tanto y de saber tanto de cosas que no debería por cuestiones de salud mental.
- Se viene la psu y no se que cresta va a pasar ni que cresta eligiré finalmente.
- Mi conejo está viviendo en el patio por cagón y me da tanto miedo de que se lo vaya a comer un gato.
- Quiero dormir temprano y despertar tarde, perder todo el día y no tener tiempo para pensar tonteras. Quiero que (lo que queda de) este mes me sea solo PSU y todo el resto de vida que gira en torno a ella.
- Quiero olvidarme en serio. Creerse no es tan fácil como mentirse.
- Quiero estar lejos por un tiempo de todo. Quiero que sea 3 de diciembre, no tener nada que hacer, y tomar un tren o un bus o lo que sea y desaparecer por una semana con 15 lucas.
- Quiero un mp3 con más capacidad.
- Quiero que el tiempo restante sea mio, y solo para mí.

- Quiero dedicar canciones riendo, y si es posible llorar un poco, pero no de pena. Quiero acostarme en el pasto, tocar carnaval o té para tres, desarmar el mundo en promesas tontas y verdes, dejar salir esa idiotez que solo algunos conocen, y caminar sonriendo. Quiero que haga frío, solo para tener una excusa para usar chaqueta, o mejor aún, abrazar.

martes, 3 de noviembre de 2009

El interruptor en mis días.

Es rico ver que no se ha caminado en vano.

Me gusta tener la capacidad de no perder el control, de que las cosas queden en mi cabeza y no se escapen en suspiros idiotas ni en recuerdos que no son del todo. Pero a ratos soy débil.

Me hiciste caer. Sí. Te constó desde antes de que lo dijera. Pero no sé, todo lo que pasó me llevó a la siguiente reflexión:

Tendrás que entender que lo que siento es inmutable. No tengo medios para estirpar nada, y como un buen amigo me recordó hace días, Lacuna Co. no existe. Pero hay algo de lo que sí estoy seguro; aún antes de los últimos sucesos te quería bastante. Creo que lo expliqué, pero necesito explicarlo aún mejor.

Pasa que luego de la revolución de lo absurdo como que me vuelve el cuerpo al alma (no, no me equivoqué; es lo que quiero decir). Ahora sí estoy pensando, y estoy en todas mis facultades de hacer uso del interruptor interno, ese que impide que realice esas locuras que podrían ser el pan de cada día.

Resumiendo un poco, quiero decir que todo lo último se desencadenó por la mala interpretación de las cosas en un momento de debilidad. Sin embargo me gustó que sucediera; como bien dijiste, som cosas que le ponen color a la vida. Sin embargo debo decir que todo eso que casi se me escapa está bajo control right now. Soy pensante de nuevo, y en el fondo la barrera como que volvió a donde estaba.

Por otro lado, debo admitir (finalmente) que todo lo que pienso de tí, como ya lo dije, es inmutable, lo que implica que si en algún momento de la vida llegase a suceder algo que te hiciera necesitarme más de la cuenta, bastará con hacerme saber (sin palabras, claro, pero explicitamente) que me quieres. Yo por mi parte inhibiré el interruptor de nuevo, como haciendome el leso, como abrazandote un poco más, como perdiendome en las miradas, como perdiendo la voz, los ojos y los brazos. Como cansandome del camino y necesitandote más de la cuenta. Como mareandome de nuevo y perdiendo la cordura en el sepia de las 7 de algunas tardes.

Fuera de eso, la vida sigue, Jei!

domingo, 1 de noviembre de 2009

Así no más.

No voy a preguntar ni me dejaré llevar. No soy de actuar.

Estoy súper consciente de que las cosas no funcionan porque así lo quiero (es decir, a diario intento autoconvencerme) y que en el fondo si no funciono es simplemente porque así lo quiere la vida (por ahora, dicen).

En el fondo, me muero de ganas de saber que existe un lindo feedback between us, aún sin creerlo posible.

jueves, 22 de octubre de 2009

Deseos

Es que las estrellas están más lejos de lo que se quiere, y a menos de que los deseos viajasen por sobre la velocidad de la luz, seguiremos igual de perdidos...

miércoles, 21 de octubre de 2009

El loco.

"No quiere ser simpático, quiere ser digno". A mi me daba risa escucharlo. Y siempre que lo veía en la calle tenía las manos en los bolsillos, y pateaba las piedras, como desquitandose por no ser quien le gustaría.

El otro día lo vi arriba de un árbol. Tenía un cordel amarrado en la frente; yo creo que se creía rambo. Le pregunté que onda, y me dijo una cosa del nido de amor o algo por el estilo. Yo no lo pesqué y me fuí.
Esa vez que apareció en la oficina con "la flor para el amor de su vida". No me reí en su cara, pero en algún momento lo hice. Creo que se la dejó a Clarita, la telefonista que hacía su práctica. Y ella, por cortesía (pensé en ese momento) la puso en un florero en el escritorio.

Pasaron unas semanas y la primavera ya estaba en pleno apogéo. Ahora no era una flor, sino un ramo de flores el que aguardaba temprano sobre el escritorio de Clarita. No los imaginaba juntos; a Clarita, tan sofisticada y a él tan... ¿diferente? No. Rústico diría yo.

Y cuando se cruzaban al entrar o salir se miraban de reojo los perlas, y en sus tiempos libres, cada uno por su cuenta, tarareaban la misma canción. Yo los veía casi con envidia, pero pensando la situación más me reía.

Tiempo despues lo volví a ver en el árbol. Tenía las manos con sangre y la camisa rajada y sucia. Estaba inquieto, meneando la cabeza de atrás hacia adelante en un ir y venir enfermizo. Le pregunté que le ocurría y me respondió gritando "Clarita me mintió, me dijo que iba y volvía, pero no vuelve... no vuelve..." y estalló en llanto. No supe que hacer. Dejé mi bolsón y me acerqué al árbol. Le dije que bajara y me dijo que no, que buscaba a Clarita. "No está ni estará allá" le grité, y me dijo "Callate, weon!, si no sabí" Y despues, más calmado, dijo "Clarita va a pasar por aquí al frente, esto seguro. Si yo sé pa donde va".

No entendí bien lo último, así que decidí seguir mi camino y dejar de intentar.

Cuando llegué al primer seméforo encontré a Clarita. Vestía de rojo la blusa blanca, salpicada de negro en algunas partes. En el estómago tenía las huellas de un neumático, en las manos le faltaban dedos y en los labios había una sonrisa eterna. Sus ojos estaban abiertos y brillantes, aún cuando el corazón ya no latía, y en ellos se reflejaban las luces de la ambulancia. Era raro verla así tan diferente; era como si la muerte le hubiese dado vida... claro que a cambio de dientes, dedos, y muchos litros de sangre.

Volví al árbol creyendo entender todo. Ya no estaba arriba. Lo busqué con la mirada, entonces lo ví: respiraba con mucho esfuerzo, tirado de espaldas en el piso y con los ojos apuntando al cielo. Por la postura deduje que se había caído del árbol. Me acerqué lento; tenía sangre en la boca. Sin embargo logré entender entre las gárgaras que acompañaron sus palabras algo como "Te sigo". Lo dijo hartas veces, hasta que no lo dijo más.

Clarita no terminó la practica con nosotros. Porque vivió, pero lejos. Creo que al otro año logró terminarla, eso sí, en otra empresa (Y eso a pesar de la oposición de su marido). Y en cuanto al Loco, no sé en realidad a quien seguía, pero al menos en su tumba nunca faltan flores; el marido de Clara se las devolvió todas, y aunque podridas, permanecieron ahí por siempre. Como si el amor en que se mantenían les brindara la vida, o simplemente por ser más durables por lo silvestres que eran.

miércoles, 14 de octubre de 2009

No es verdad ni crisis.

Pienso que muy posiblemente la teoría como que me hartó. No es que no sea sana; puede que sea lo mejor en los momentos de inestabilidad. Sin embargo no hay teorías para lo escencial. No. Y lo peor de todo es que, existiendo, serían escencialmente necesarias.

Requiero más respiros, y ya no me sirve el inhalar y exalar para terminar conforme del todo. Necesito un poco más de cielo, de pasto y de árbol, mas el sentarme en el parque a esperar la casualidad no me llena. Necesito saberme vivo, y el latir simplemente no basta.

No es estar mal ni es crisis. Es solo que a veces me hace falta tener un poco de eso que dicen que depara el futuro, como la gracia de la vida o el conocer las cosas como son en realidad.

Yo no sé nada del mundo y el mundo no sabe de mi...


Já!. Canción de los difuntos teleradio que cobra más sentido que nunca ahora.

Y escribo sin mirar las teclas, como si el leerme directamente en el monitor me hiciera asombrarme de mis propias palabras, y hago como si me contara un cuento que no me sé o una película que no he visto. Já again.

Estoy jo-di-do. Y es que para que las cosas se desarmen basta mucho menos que un terremoto.

domingo, 11 de octubre de 2009

"La cancha está rayá"

Es bueno definir las lineas a respetar antes de sentir el error.

Yo no sé; puede que haya adaptado una forma de ser que no me correspondía, sin embargo ya estoy mejor. No quiero no querer, sin embargo fluye y funciona. Y es de lo mejor.

Recuerdo que luego de mucho tiempo de soledad me aburría el no querer. Es muy posible que si vuelvo algunos meses atrás logre encontrar textos donde lamentaba el no sentir, el no querer más de la cuenta y cosas por el estilo...
Sin embargo hoy, más que nunca, soy consciente del daño que me autoinflingí; caí en las mismas piedras de ayer, y me manché las rodillas con la misma tierra putrefacta marcada con la rabia de las veces que no me paré. Caminé por las mismas cuerdas frágiles, y sorteé impulsos ya muy bien conocidos.

No fué dificil caer.

Vuelvo al hoy; creo estar mejor. Incluso, creo que dejando de lado lo que (¿te?) evito, estoy casi normal. La cancha está rayada.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Hidalgo.

En el fondo me voy cansando de la realidad absurda de una pseudo-existencia así, como viviendo en la vanalidad más absoluta, como si los pasos que he dado fuesen parte del mismo paso que aún no soy capaz de terminar.

Siento que los suspiros no sirven, que los recuerdos no sirven, que no hay suerte que valide a los soñadores ni mucho menos ciencia que los comprenda. Necesito convencerme de que el suelo es lo seguro, de que lo terreno es lo que se espera y aprecia hoy por hoy y dejar de esperar más. Debo mentirme un rato, hacer de cuenta de que nunca he querido algo más allá de lo que ha sido posible hasta hoy y no esperar ni el balcón soñado, ni el café ni las luces de la noche, y olvidar tambien las ideales melodías que podrían haber acompañado una escena como esa; para lo único que me vienen sirviendo es para idealizar un poco (mucho) más.

Tal vez sea el iluso más idealista (idiota?) en 10 km a la redonda, mas no puedo evitar pensar en la vida cuando pienso en el hoy. Proyecto un montón, espero un montón. ¿Y?

Un ejemplo triste del daño; con el paso del tiempo creo que he relacionado "Eras mi persona favorita" con tantas personas que no sé... Me voy a la mierda, es cierto. Pero no puedo evitar perder la cuenta, y querer ser lo mejor para alguien más parece ser algo tanto arcaico como poco creible.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Martes - Jueves

De martes a jueves los días son de lo peor. Esta semana fué súper matadora, y creo que es en gran parte porque contuvo estos días.

Me enferma eso de saberme en un martes negro, o en un miercoles de Telecomunicaciones hasta las cinco. Independiente del Sol, el viento y las nubes, me cargan. Es como el olor, o la escencia, o el profesor, o los compañeros, o yo. Incluso, pueden ser las moscas del laboratorio que intento espantar abriendo las ventanas todos los días (sí, compañeros, por eso lo hago).

De miercoles a jueves no vivo del todo. Mi día termina a eso de las 10. Luego comienza el tiempo libre, que me dura como hasta las una, a eso de cuando me mandan a dormir (cosa que no siempre ocurre).

Javier Barría decía en una canción algo así como "ojala el fin de semana se comiera todo el calendario"... Yo por mi parte no puedo hacer menos que apoyar la moción.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Un refugio de madrugada

Ya no pregunto por qué, sólo escribo. No quiero pensarme el día demasiado, quiero plasmarlo acá y cerrar el ciclo.

Una taza de té que no existió, un desayuno fantasma. Un libro sin sabores, una almohada dura, luces que pasan entre las nubes para detenerse en cortinas con ositos a eso de las 14:06.

Una mente que no despierta del todo, un celular que algo quiso mostrar y que sin embargo pasó inadvertido frente a mis inagotables sueños. Un manantial de ideas que se estancaron para hacer gratificante un día en blanco y negro.

Viento, viento y más viento. La bandera no se detiene frente al ventanal, y el silencio se siente hecho trizas por las vibraciones del vidrio producidas por el viento.

Un caos controlado, una gotera tapada con barro.

Salgo a la calle, pienso en tí y no lo vuelvo a hacer a conciencia. Abro y cierro la chaqueta, como con la esperanza de verme mejor, y miro al cielo con la esperanza de no estar en el punto exacto en que estoy; queriendo romper el circulo, queriendo abrazar un poco más, queriendo dejar de lado el peso de la costumbre y entregarme a la aventura sin fin de lo que aún no conozco.

Cierro el día con un cafe cargado con poca agua. Me desconecto del mundo, cierro ciclos intactos, me retiro de la vida diurna para dar paso a la neblina en una consciencia, a ratos, alterada.

martes, 15 de septiembre de 2009

Niveles

Bajemos un rato, bueno?
Que hay que dar dejar espacio al cielo, a las estrellas, a mis ojos, a mis ideas.

Baja tú un rato, bueno?
Que los brazos me duelen de tanto intentar mirarte de frente.

Bajemos un rato, bueno?
Que estoy seguro que acá abajo las cosas serían diferentes para mí.

Bajemos un rato?

sábado, 12 de septiembre de 2009

Weird

Como que algo raro sucede en la vida; como que no sucede. Y eso, en serio, me mata de susto.

En verdad, lo único que temo es que el dolor pase, y en su lugar venga... ¿Qué? ¿La vida diaria? ¿La nada? ¿El paisaje sin relieve?



¿El paisaje sin relieve?

Tengo miedo. El paisaje sin relive me da miedo.
Ahora pensándolo bien, puede que esa sea la causa del loco afán de ahogarse en un vaso de agua; mal, Javier. Mal.

domingo, 6 de septiembre de 2009

La vida.

Con Utopías que escritas llenan un buque no se puede.

Sin ellas, tampoco.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

A los 17 la vida no está lista para vivirse.

domingo, 30 de agosto de 2009

Un paso al lado...

... y sigue avanzando.

La vida sigue, amigo!
Sigue!

jueves, 27 de agosto de 2009

La delincuente.

Hoy vi como se llevaban a una delincuente. Así de frío, como a dos metros de distancia de mis pasos, a punto de ser menos de no haber sido por el respetable señor carabinero que me salvó de su intervención en mi vida.

De un tiempo a esta parte acostumbro a andar en metro un poco más de la cuenta. Es lo mejor para leer tranquilo; basta con usar mis súper audifonos para encerrarme completamente en la lectura de lo que sea/tenga.

Sin embargo no todo es leer. No. Creo que antes lo dije; Me encanta mirar santiago al atardecer desde el metro, y volver sobre la misma linea para ver como la luz del sol se pierde en el horizonte para ser reemplaza por las titilantes luciernagas de la vía pública... Y bueno, entre mirador y Bellavista la florida mirar hacia la cordillera y ver esos caminitos de luces que suben o bajan, no sé, pero que están ahí parpadeando. Es lindo, en serio.

Como dije, hoy un señor carabinero me salvó de una delincuente. Sí.

Estoy seguro, por sus ojos, que quería hacer de mí su víctima. Es rara esa sensación, cuando se está conciente de que alguien te acecha. Sea en buena o en mala, es igual. No es intimidación, no sé como definirlo en realidad. Es como saberse el objetivo de algún pensamiento que ejerce ese deseo de ir más allá, de intervenir...

Hoy en la tarde me pasó algo así... Venía del colegio con el Lucas, mi hermanito. Me decía algo de un Dálmata, que no era dálmata porque tenía manchas pero estaban como desteñidas, como desparramadas. Yo miré al perro y le hablé de genética. Lo asombroso es que estoy seguro de que me entendió eso del Crossing-Over.

Me contó luego que le gustaba ciento un dálmatas, pero no la uno, la dos, la ciento dos dálmatas. Yo le preguntaba cuál, la de monitos o la de personas, cuando pasó frente a mi una niña con la que me cruzo casi todas las mañanas. Ella, estoy seguro, me mira con uno de esos pensamientos punzantes. Y no es que suponga, no. No es ego ni nada de ello; me asusta que mire como mira, y que no deje de mirar hasta que la distancia se lo impida.

Volviendo al tema, yo le decía al Lucas que la de monos era mejor que la de personas cuando volví a ver esos ojos, fijos. Y para mejor me hice el loco, y seguí explicándole que los perros dibujados eran mejor porque hablaban y no solo movían la cola. En eso estaba cuando pasó por mi lado y escucho uno de esos sonoros besos como de obrero de andamio o algo así.

Siempre lo supe, sólo por sus ojos...

...Tal como hoy a la salida del preu cuando la delincuente me miró. Claro que no con el mismo fin, estoy seguro; evidentemente no voy con el perfil predilecto para una delincuente de unos 50 años, de esas que visten chalecos de lana gruesa que parecen un cúmulo de algodones de colores desordenados que un tejido...

La señora me miraba, lo sé. Y lo ví hasta el último momento, cuando el carabinero la tomó del brazo y la guió por la escalera del metro hacia la calle.

Me dió lata igual. Me cuesta entender que la tomen detenida a ella haciendo lo que hacía; si bien es ilegal el comercio ambulante, las rosas, estoy seguro, nunca le hicieron mal a nadie.

martes, 25 de agosto de 2009

Adios te digo

Desde el momento en que me desvié del camino todo ha sido un azar. Descubrí que los pasos nunca han sido mios; que sigo huellas pisadas por muchos ya. Mas hoy descubrí que han trazado un destino sobre el mío, y que más dá ahora si mis elecciones ya no saldrán de la cancha ultra-rayada en la que me muevo, Al diablo la voluntad.

¿Es que saben? Hoy me mataron un poco. Sí.

Ya no se sabe que esperar de un fracaso relativo como yo. Y lo comprendo. Soy un fiasco infinito y redundante cuando de espectativas se trata. No hay proporción para errores como el así ser. No es lindo ver como dejan de apostar por tí, y quienes algo aportan sólo lo hacen para ver el show en el que te has convertido. Todos sacan y sacan fichas, nadie invierte.

Está bien. Esa es la dinámica de la vida que tanto añoran, ¿No?. La de los "cables a tierra", esa donde el volar no se permite por miedo a que caigas (y si es en público, peor). En el fondo eres como una veta de oro; te descubren, te aman, te quitan aquello que te hace brillar y te abandonan. Así pasas a ser un recuerdo, la cascara de un sueño del ayer.

No hay más.

Y ahora resulta que tengo que pedir perdón por desilusiones que tambien son mías, evitarle al resto los problemas que me afectan una y otra vez, hacerles olvidar los errores que tengo presentes en cada segundo respirado sólo por un instante de calma. ¿Y que hay de mi calma? Como si les importara, como si pensaran en mí cuando me cortan las alas por mi bien, como si fueran capaces de ponerse mis zapatos, esos que apretan, sí, y que nadie se atreve a probar.
Parece que les encantara atenuar esta alma que vibra, que ama, que dice, piensa y habla; como si disfrutaran el saber que de a poco se borra para dejar el cuerpo, intacto, como ellos siempre lo han querido; un perfecto cheque a fecha.

Si de algo les sirve, acudiré a la realidad de un flash back.
Volveré a vivir esa vida que les perteneció, para ser el amigo que reía porque no juzgaba, el hijo en el que se confiaba, el alumno destacado, el que vivía el amor noblemente como caballero. Ese mismo, el que escribía poesía transparente y vana.

Veamos entonces cuanto quedará de Javier González luego del colado y picado...

viernes, 21 de agosto de 2009

Tal vez me escribió Fuguet.

Hace mucho tiempo tomé de la biblioteca de mi colegio "Mala Onda" del chileno Alberto Fuguet. Y finalmente no hubo caso; no me enchufé nunca con la historia por completo, y terminé de leerlo tal como lo empecé; Esperando un poco más.

Pasó tiempo para un reencuentro como la gente.

"Las Películas de mi vida" parecía un título atractivo para mi cinefilia frustrada, y su reseña, igualmente, lo era.

Así fue como conocí a Beltrán Soler, un hombre hecho y derecho, de esos con carrera, con dinero para vivir, con cierto grado de fama y todo aquello por lo que uno podría luchar a diario (así como a veces yo lo hago). Sin embargo con el transcurso de la historia fuí descubriendo como se caía en cosas profundas; como fue que dejó atrás vida y familia, como fue que fue a parar al lugar donde se abandonó a un destino incierto. Como terminó refugiado en recuerdos de matiné de antaño y páginas de una vida en sepia. Me pregunté: ¿Como llegaste aquí, Beltrán? ¿Cuál fue la vuelta equivocada?

Pasó tiempo. Leí "Por favor, rebobinar". Algo parecido sucedió. Acá fueron muchos, muchos tipos, llenos de ego, llenos de triunfos fugaces que con el paso del tiempo se borraron del mapa. Fueron tipos abandonados. Tipos que eligieron mal y terminaronn sólos como nadie, que cayeron en lo vano, que subieron a lo alto para caer en una profundidad más honda que su mismo origen.

A veces Fuguet me da nostalgia. Me hace recordar una parte de mi que aún está por verse. Una parte que no fluye del todo pero que siento a diario, en cada respuesta, en cada intento por hacer el día mejor, por ser mejor.

Ahora tengo frente a mi "Tinta Roja". Llevo 50 páginas como mucho. Esta vez es el turno de un escritor, periodísta y escritor. Vive sólo, con un montón de memorias, una promesa y mil fracasos. Me cuenta de la nostalgia, pero muy implicitamente. Me cuenta de su trayectoria para llegar a la nada, y de como se transformó de promesa a fracasado.

A veces Fuguet me da miedo.

Sin embargo no puedo evitar pensar que mi vida podría haber sido parte del plan de Fuguet. Y en el fondo, más que darme miedo, me aterra.

jueves, 20 de agosto de 2009

Enfedmedad

Caminé como hacia atrás. Pero sin mirar.

El miedo a reconocer esos errores es tan absurdo y tan inconducente...pero ¡Dios!, es tan real que me supera. O me superó, no sé. Me gusta como estoy ahora.


Hoy amanecí así como con sinusitis, a eso de diez para las ocho. Tenía clases, pero me sentía tan mareado que me movía a una velocidad tan pero tan mínima que salí como a las 8:30 de mi casa. Y mal.

Cuando llegué al colegio ya había usado medio rollo de confort para sonarme. Mal. Luego de eso comencé a trabajar cegadamente en el pecé, con ánimos de nada y dolor en la frente. Un código, Dos códigos, Toalla nova, tres códigos, más nova. Resultado; todo mal, nuevos codigos y bolsillos llenos de nova usada.

Mal.

A eso de las 3 no dí más. Chao. Mal.

Llegué a mi casa. Pastilla, dormir. No tan mal.

Ahora no estoy así como regio estupendo, pero no de duele ni la frente ni el ojo. Bien.

¿Por qué la historia?
Porque es algo así como una analogía de este último tiempo. Entiendalo como quiera; hoy, ahora ya, sólo tengo la nariz roja, dolida, y una necesidad de eliminar toda esa congestión (ya no por la fuerza).

:)

domingo, 16 de agosto de 2009

Nuevo aire

Y Mañana abriré otros ojos, los nuevos.
Porque así son las cosas, porque así lo quiero.
Para mirarte de lejos y sentir igual
que cuando veo cielo, piedra, mar.

jueves, 13 de agosto de 2009

Media hora despues

Me gusta la lucidez de otros cuando tengo problemas.

Hace como media hora hablé con una amiga de hace mucho. No sabía nada de mi situación actual, de la pena, de la ira, del corazon, del colegio,etc... Ahora sí sabe...

Le conté de ti. Sí.
Es raro, pero lo hice y en buen tono.

Le conté de como te conocí. De como pasaron las cosas y como aún no ha pasado nada. Me miraba sonriendo. Todo le causaba gracia.

Cuando llegué al punto del hoy... quedó mal. Creo que me entendió todo, pero no entendió mi actuar.

Te explico:

Te quiero más de la cuenta y, aun así, me alejaba definitivamente.

"Creo que me hace mejor olvidarme de muchas cosas. Por lo mismo, creo que la muerte del notebook no es casualidad ni problema; era la distancia obligatoria.
Por ahora no te digo que te quiero para no tenerte lejos, no quiero terminar todo lo que podría ser (aún) por una apuesta como tú; Eres demasiado, soy muy poco. Además, no me quieres más de la cuenta. Jevi. Eres un riesgo que no quiero correr.
Por eso, prefiero pensar que las cosas deben de quedar así, y esperar a que la tontera se pase sola."


Algo así le relataba acerca de ti y de lo nuestro. Pero me retó.
Esto del entrenamiento de la capacidad de Analisis para PSU funciona siempre; cuando habló, atacó directamente la base del error...

"Pero si ahora te alejas por no decirlo, ¿Por qué no mejor decirlo, explicarlo, y si es necesario, alejarse para olvidar todo?"

Pam! Sí... Pam!

Entiendo todo ahora. Creo que siempre lo he dicho; a veces es mejor que te digan que no antes de suponer que no. Sí.

Entonces, vamos. Te invito a una respuesta; de no ser así, me veré obligado a reaccionar. De una u otra forma.

La Situación Actual.

Ahora tengo tiempo de pensar, como dijeron por ahí, en todo y, por sobre todo, en mi. Eso quiero.

Me duele/molesta creer que paso más tiempo pensando en tí y en nosotros que en mí. Que te antepones a mis posibles pasos y que cualquier acción puede tener una variable perfecta a tu lado.

A veces no te quiero en mi futuro, y en un buen sentido. No tengo nada en tu contra, pero si el ser nosotros significa ser yo detrás de tí casi secretamente, no vale. No me vale.

Me cansé de esperar que vibres con mis ojos, de que intentes saber un poco más de mí. Es que me gustaría importarte un poco más; lo suficiente como para que pienses en mí al menos tres veces al día, que me encuentres en canciones de esas que me gustan, con escencia, casi con vida. Quiero estar en tu cielo y en tu noche, en tus sueños y en tu venas.

Pido mucho. Quiero que de cada 10 latidos de tu corazón, uno me corresponda.
Y no. No se puede, no quieres. No me quieres y ya. :)



Sin embargo eso del olvido hace efecto. Si bien te pienso, cada vez cobras menos sentido.

Me encanta. Pronto estarás completamente fuera de las cosas importantes.

sábado, 8 de agosto de 2009

ah.

No soy ni un ni tú proyecto.
Estamos en lineas paralelas y ya.
Es todo.

jueves, 30 de julio de 2009

La muerte es sueño

No quiere que pase el día sin tener nada significativo que recordar.

Sube al metro, observa el atardecer desde la linea 5 y baja en Parque bustamante. Ahí se detiene y recuerda bastante.
Camina por el pasto un rato. Piensa en que le gustaría que de ahora en adelante todo el camino fuese así, blando, grato, suave. Pero no.
Sale a la gravilla, cruza a una banca y se sienta mirando nada, apuntando su vista al infinito.

Piensa.
Respira.

Luego de 20 minutos se para, y vuelve al pasto mientras retoma un rumbo bien sabido; Vuelve a la vida.

Espera el semaforo para cruzar, aun cuando la calle está vacía. Mientras lo hace, se acomoda los audifonos y enciende el MP3. Javiera Mena le acompaña un rato, para caer luego en Teleradio Donoso...

"cuanto te vas a entregar / A los vicios de ciudad.."

Lo piensa.

Toma el metro a duras penas, se hace el espacio y pasa a ser parte del metro cuadrado de alguien desconocido, muy posiblemente sometido, como él, al diario vivir. Pasa fugaz por Ñuble, y el olor a mierda de siempre se hace presente y no se va. A través de los vidrios de las puertas observa... Huellas dactilares deforman el paisaje dibujado por las luces de Santiago hacia el poniente, en donde la luz del atardecer se une con el azul marino de un cielo que comienza a estrellarse contra el horizonte.

Recorre el camino de regreso y vuelve a la vida. Su vida.

Las llaves giran, y una serie de mecanismos actúa, uno tras otro, para dejarlo a entrar a su espacio, su mundo privado. Traspasa el humbral y con la misma llave, ahora por dentro, realiza la acción contraria.

Calienta el agua y toma un café amargo, mientras pone a tostar el pan de la mañana para huntarle el resto de margarina que se derretía lentamente en un meson de la cocina. Prende la tv con una esperanza absurda, y la apaga luego de darle la vuelta a los canales.

Prende el pc, lo apaga.

Cierra los ojos. Los abre y sueña un rato.

Sueña con un escape, un agujero en la realidad, una ventana de emergencia.

Sueña.

Sueña que va en un avión, sólo, y abre la puerta. Y cae. Infinitamente, cae.

Y sigue soñando, hasta eso de las 16:52 del día siguiente, donde al fin se levanta de la cama como comprendiendo todo.

Saca las sabanas de la cama, y lentamente amarra una punta en la baranda del segundo piso, firme. Hace un lazo al otro extremo, y en una ceremonia bañada de silencio pone una silla bajo este, inestable entre dos escalones. Termina dándole un nivel parejo con las inutiles guias de teléfono que nunca usó.

Antes de todo toma un Cd que alguna vez hizo para los viajes en el auto que nunca realizó. Activa el shuffle, suena "Karma Police". Queda impactado, como a punto de sentir algo que lo haría cambiar de opinión. Mas no lo logra.

Sube unos escalones, y mientras la música invade toda la casa procede a poner el cuello dentro del lazo. Siente las manos heladas, y comienza a llorar sin parar... tiembla...

"For a minute there / I lost my self, I lost my self..."

... Y mientras Thom termina de cantar logra no pensar en nada, y el pitido electrónico al final de la canción le indica indirectamente que es hora. Lentamente comienza a empujar la silla con las pies... Suena "The Universal - Blur"

Así, con una melodía casi celestial, las lagrimas que le nublaron la mirada comienzan a desaparecer. Junto con ella se van los escalones de madera que siempre crujieron, y el macetero que está al final de la baranda desde que tiene memoria, aún cuando nunca le gustó. Ve morir las flores de la mesa de centro hasta dejar de ser junto con el juego de living que sólo uso él. Todo es blanco. Todo se transforma lentamente en nada.


El sol le pega en la mirada. Son las 7:39. En la radio-reloj suena "The Universal"

Es tarde.

Se viste rápido y bebe el café helado que le sobró de ayer. Toma el bolso, las llaves, y sin siquiera lavarse la cara sale de su espacio personal, ese donde todo y nada sucede, donde las cosas son como él las deséa, donde cada noche tiene la fuerza para acabar con todo, y la mismca fuerza para comenzar otra vez, con la cara llena de risa otro intento de buen día.-

miércoles, 22 de julio de 2009

Spotless Mind

Me sumo a un recuerdo latente, esperando hallar el punto donde la ecuación falló. Quiero encontrar la formula exacta para no equivocarme, para no perder la cabeza de nuevo, para no creer que eres el único destino posible.
Hilo los pasos en reversa, uno a uno, como quien pierde algo y lo busca sin cesar.
Yo perdí bastante. Y aunque vuelva mil veces mis pasos atrás, no voy a encontrar nada.
Sufro la concecuencias de una monotonía enfermiza, que fuera de ser un obstaculo para la mi bienestar, repite tu nombre a cada momento.

He cometido muchos errores hasta ahora. Es parte del ser iluso, o tal vez es simple y pura estupidez.
El problema se basa en que en algunas ocaciones creo ser suficiente para tí. Mas muchas otras me siento como un trapo, que por mucha utilidad que tenga, nunca llega a importar más de lo que importa un trapo.

Y así, una y otra vez, camino por los mismos pasos, empantanado.

Me pregunto a mi mismo "¿Te crees así de enfermo?"... Enfermo no.

Perdido.

Triste y perdido. -

domingo, 19 de julio de 2009

De Como Eliminé Las Memorias

Con el paso y peso de la tarde descubre que en el fondo ese espacio nunca se ha llenado completamente, y se frustra pensando que Harry Potter lleva 6 películas, Lost va para la última temporada y él sigue igual, como si nada.

No encuentra razones para reir, pero es bueno en el arte de inventar. Por lo mismo, aún sin motivaciones, se le tiende a ver feliz.

Alguna vez quiso querer un poco. Luchó bastante por ello, y para cuando al fin lo logró se dió cuenta de el más grave error: Entregó todo a quien jamás le importó. Lloró toda una tarde frente al ventanal que apuntaba al atardecer. El sol lo cubrió por completo, partió por los pies, terminó inundando sus ojos. Silencio siempre... que apuñaló recuerdos y canciones, como si el hacerlo le calmara la angustia de haber errado tanto, como si destruyendo sus memoria ganara algo, como si vaciando la razón lograra estirpar del corazón.

A eso de las nueve y tres cuartos ya no había sol, y las lagrimas no habían dejado huella.

Volvió a la rutina, la de siempre. Volvió a sentarse a la mesa con las noticias, volvió al pc y rellenó su mundo con todo lo que le faltaba. Volvió a ser no más que un papel cerrado con un te quiero, guardado en el fondo de un cajón viejo, al lado de las velas, sobre unas monedas de peso, cerca de los botones huachos y un personal Stereo con las pilas gastadas.

jueves, 16 de julio de 2009

La memoria

Cuando descubrió la solución se espantó. No concebía la idea de olvidarle tan abruptamente, de sacarle de su vida como si no fuese más que un atado de memorias sin resolver, para así terminar con un sentimiento sin razón que le quemaba por dentro. Mas no lo pensó demasiado; tomó el teléfono y le citó.

Caminó lento, sabiendo que se verían donde siempre, donde comenzó todo. Y muy probablemente, sería la última vez que estarían juntos así, voluntariamente. Esto le hizo pensar en las vueltas de la vida: "No eran circulos, era un espiral. Sí...".

Las luces de los autos le daban otro aire a Providencia, como si se ubiesen puesto de acuerdo con el nublado atardecer, los faroles y las ojas secas en crear el ambiente más desgarrador para un adiós programado. El viento aparecía a ratos, como queriendo hacer acto de presencia en la escena, aumentando el frío, el celeste, haciendo bailar las ojas del piso al rededor de sus pausados pasos...

No sentía los piés... "El frío" se dijo... Pero cuando no sintió su corazón no encontró excusa. No sabía lo que hacía. Aún le quería y casí lo olvidaba. "Amnesia" pensó durante un segundo... al otro ya lo había olvidado, mientras que uno que otro recuerdo azaroso le aparecía como un flash, flash que nunca le pareció haber vivido.

Paró en un semaforo y descubrió que tenía puestos los audifonos escuchando nada. Prendió el mp3 y puso la única playlist que tenía. Avanzó al ritmo de la música, mientras pensaba en la razón para escuchar esas letras tan cargada de imagenes... Cada frase exaltaba recuerdos, como si fuesen el mejor remedio para su olvido.

Luego de casi 15 minutos de recuerdos vió que se acercaba a lo lejos. Llegarían al mismo tiempo. Se sacó los audifonos, olvidó apagar el mp3, dejándolo en el bolsillo del abrigo.

Le encontró en una banca, esperando con una sonrisa que no hacía juego con el panorama; era como una luz en las penumbras. Vestía de los colores más eléctricos que su memororia le permitía recordar. Se sentó a su lado en silencio, mientras miraba sus pies en un estado de nostalgia profunda. No sabía lo que hacía.

- Hola, ¿nos conocemos? - le dijo sin dejar de sonreir.

Extrañado por la pregunta le miró en silencio. ¿No le reconocía?

En un segundo, un perro se paró frente a ellos, como exigiendo una caricia. Al mismo tiempo, tres hojas caían frente a sus ojos; 2 terminaron su recorrido en el suelo, una en sus piernas. El semaforo cambió de color al momento que dos escolares corrieron para alcanzar a pasar sin ser atropellados por un bus que no hizo ni el intento de detenerse.

- Hey... ¿Nos conocemos?- le dijo sonriendo.

Extrañado le miró completamente... Su sonrisa parecía darle calor a la fría noche, alumbrada por la tímida luz de los faroles que parecían buscar que algo sucediera. Sus ropas eran de colores fuertes, que parecían resaltar más aún con la palida luz que los alumbraba.

- Creo que no - respondió luego de pensarlo muy poco - Soy Jaime - Sonrió de vuelta para dar paso a un silencio que duró lo necesario para dar paso a una conversación como nunca antes la había tenido.

A eso de las once partieron cada uno por su lado, un abrazo, un beso tímido, cambiando numeros y quedando de encontrarse al día siguiente, a la misma hora, en el mismo lugar.

Jaime se fué feliz, sin saber que aquella persona cada día aparecía en su vida, a la misma hora, en el mismo lugar, dándole las tardes más perfectas de su vida y una felicidad instantanea que luego de unas horas daba paso al pesar de una enfermedad que le carcomía los ideales, y el remordimiento de fallarle a su mal llevado matrimonio.

Tanto se sentía, tanto, que cada tarde, a eso de las seis le llamaba, pedía una cita y se disponía a terminar todo lo que podría haber sido, sin saber que con ello estaba dando paso a conversaciones interminables, besos puros, caricias acopladas en movimientos torpes y una relación de lo más extraña y romántica.

domingo, 12 de julio de 2009

Detalles.

Y casi con miedo despierto;
y mirando por la ventana, fuera de encontrar mi desaliñado reflejo,
pido al cielo que nada ni nadie pase de esta noche.

jueves, 9 de julio de 2009

Moderación.

Hace días no tengo tema de conversación. Es jevi, ud. podrá notarlo si se topa conmigo por msn o, si es realmente desafortunad@, en la calle.

Durante estos días creo haber tomado por error el metro hacia quinta normal y no hacia Vicente Valdez. No saben lo bien que me ha hecho. Amo ese santiago nocturno visible desde la linea 5 hasta Ñuble si bien recuerdo.

Caminar sin rumbo me consume... Pero no hay mejor pasatiempo si se tiende a pensar estupideses cada vez que es posible.


Permanezco en silencio como esperando tu voz a la distancia
con aires de ausente, con la vista pegada al piso.

Texturas de arena, de piedras, de pasos perdidos en la tierra.
Kilómetros de cemento que separan lo poco que he de importar de lo mucho que te quiero.

Me hago dueño del viento, te mando con él recados y recuerdos
escondidos audazmente en brisas sorpresivas que remueven de golpe uno que otro recuerdo en tu mente.

Agoto los recursos que me hacen presente,
y estampo residuos donde quiera que hayamos permanecido.

Ahí estaremos siempre, sí,
al menos un segundo.

Pero descubro mis ojos, y por mucho que quiera,
no estás.
Detapo mis oidos para enfrentarme al silencio de tu ausencia,
notando que tu voz no es más que una ilusión,
Ausente, audible para muchos,
mas para mí, insuficiente.

Es por ello que calló y callaré,
porque es nuestro pasado lo que me empuja a decirlo,
mas es el presente el que con violencia
me cierra la boca.

Se me acaban lo números

Me aburrí de ello. No soy un libro ni me vendo por capitulos.

domingo, 5 de julio de 2009

Veinticuatro


MusicPlaylist
Music Playlist at MixPod.com



Saber que estás lo suficientemente feliz como para no entenderme es algo que me llena de seguridad; ya casi entiendo lo poco que me quieres, ya casi caigo en cuenta de que soy más iluso de lo que creo, ya casi es posible que olvide que te quiero mucho.

Es que de verdad no sé si valdría tanto la pena jugarmela con un paso en falso así, con un te quiero que escape de la realidad que le tocó; la de morir en el silencio. En el fondo, aunque no lo quiera, un te quiero es un fin en potencia de todo lo que ha sido hasta ahora.

Quiero creer muchas cosas de tí, pero ya no puedo con las ilusiones. Me pesan más que tu imagen entre el todo, más que tus ojos en los míos, más que cualquier intento de soltar todo lo que no te digo en una carcajada.

Los vientos ya no están a mi favor. Es tiempo de asumir que nunca tengo lo que más quiero; tal vez quererte tanto ha sido el error más grave de este último tiempo.

martes, 30 de junio de 2009

Veintitrés

Bastaba dar la vuelta a lo vivido para asegurarlo; no había más que amistad.

Era super triste igual, él le dió hartas vueltas al asunto todo este tiempo, como con la esperanza de encontrar la palabra precisa que rompiera los esquemas. Pero el miedo lo cortó desde la raiz.

Mientras caminaba bajo la lluvia pensó casi con resignacion en lo simple que le era confundir las cosas, en lo iluso que se transformaba en el otoño, en lo lejos que deseaba estar y en lo mucho que quería. Y como siempre en los peores casos, la mala mezcla lo consumió; no supo más del mundo, caminó por inercia al ritmo de lo que sonara en sus audifonos estratosféricamente grandes. Miró vitrinas y repisas, como buscando algo que llenase el vacío raro, mas no encontró nada.

Recorrió bajo la lluvia un tramo frío de camino a casa y se sintió menos vivo que en mucho tiempo.

Es que a esa altura la pena ya le había consumido por dentro, y eso mucho que sentía se diluía en charcos de lluvia que había acumulado...

lunes, 29 de junio de 2009

Veintidos

Dormí casi toda la vuelta, por lo que no hubo tiempo para plantearme un regreso tan así, tan de golpe, tan forzado...

Ahora escribo como con ánimos de decir mucho, y no sé cuanto diga en realidad. Es que me muero de ganas de no volver a mi vida aún cuando ya entré de nuevo a ella. Y no sé. No es fácil.

Algo que pensé durante este tiempo es que muero de ganas de dejar de escribir así como en general, para tener seguridad de que mis mensajes lleguen donde quiero que lleguen. Pero no sé. Esto de ser tan miedoso me tiene agarrado al piso; ya no vuelo muy seguido.

El viaje fue lindo, más que lo necesario para terminar un proceso. Ahora debo acostumbrarme a una realidad que aún no descubro del todo, asumir que hay que despertar y que los martes en la tarde no habrá excusas para no estar en clases.

Se me acabaron las causas, debo ser ingenioso para seguir mi vida sin ellas.

Ahora lo que necesito es saber que puedo querer tranquilo. No pido más por ahora.

Y bueno; contar con la ayuda de la divina providencia para terminar bien el primer semestre.

domingo, 14 de junio de 2009

Veintiuno

A estas alturas ya tengo una mochila grande llena de ropa, zapatos, toallas, etc.
Es la más liviana de las mochilas que llevo... La otra ni sé si me la puedo.

Ayer salí a comprar algunas cosas, un tanto frustrado por no encontrar lo que buscaba y por perder plata... Sin embargo, pasando por la zona de perfumería de una tienda me congelé; Sentí el aroma más familiar y rico. Te heché de menos, quería un abrazo "right now". Mas no estabas ahí, ni yo tenía el tiempo para estar donde estuvieras tú.

Súper triste igual.

Ahora me llevo tambien una tarjetita que lleva tu estampa. No dice tu nombre; más la fragancia me llena de tu presencia al menos por los ratos de pena. Y ojo!; la llevo en el bolsillo más cercano al corazon.

jueves, 11 de junio de 2009

Veinte

Es estúpido.

A veces, siendo super poco conciente, pienso en decir "te quiero" sin esconderme ni nada. Decirlo para permanecer frente a tus ojos todo el tiempo necesario.
Esperar que tus mejillas, tan expresivas, me respondan antes que tu voz, que muy seguramente no saldrá fácil. Y es que, si te digo un te quiero, no lo esperarás.

A veces, otras veces, soy aún más conciente. Pienso en la utilidad real de un te quiero... Ninguna. O al menos así en nuestro caso.
Es que ya son tantas las sonrisas nerviosas, las miradas que se evitan para no ser descubiertas y las palabras que logran escapar del filtro que me impuse para no hacerte saber que te quiero más de la cuenta, que muy seguramente ya te has enterado... Te quiero más de la cuenta...

Otras veces, muchas, me callo. Así de simple, así de cobarde.
Suspendo las miradas para barrer con todas las frases que esperaban un final feliz, y me pongo la máscara más simplona que tengo; una sonrisa estupida con pocas variables producto de lo vacías que han de ser. Embotello mi escencia para ser normal, parejo, y no hacerte sentir que este último tiempo he tratado de ser mejor por y para tí.

Es estúpido.
Es lo que me pasa por quererte más de la cuenta.

miércoles, 3 de junio de 2009

Diecinueve

Es que muy posiblemente me esté muriendo de miedo. No doy pasos por miedo a que me sean falsos. No me arriesgo. No.

El miedo corrompe lo que soy, lo que quiero, y si sigue así, lo mucho que te quiero.

Un brazo al frente, el otro al lado; la distancia necesaria para no caer en la tentación de robarte un abrazo, para no querer acercarme a tus oidos con el pretexto de una noticia secreta. Porque no quiero hablarte sin excusa; no quiero ser evidente.

No quiero hacer que notes lo mucho que te quiero. Porque ante todo, soy para tí no más de lo que he sido hasta ahora.

Quiero ignorar el destino, aún cuando me muero de entusiasmo.

Porque sé que en algun momento los barcos se irán, pero no en vano; te irás tú o me voy yo.

sábado, 30 de mayo de 2009

Dieciocho.

Luego de muchos días que, muy posiblemente, acumulen más de un mes, sale temprano. Así como para llegar a la hora. Sin embargo, justo antes de tomar la micro hacia el metro, descubre que no lleva el pase escolar. Mal.

Vuelve a casa caminando como si nada. Golpéa como con furia la puerta, y luego de un buen rato le abre su hermano con cara como de pánico. Lo ignora. Se cruza con su hermana, que mientras se pinta pide explicaciones. Le dice "algo se me quedó" y ya. No hay tiempo para explicaciones.

Llega a su pieza, toma el pase de su repisa y, al girar, su mirada se posa en una chaqueta que dejó sobre la cama. La mira, duda y luego se saca la que llevaba puesta para cambiarla por la recien vista.

Toma el bolso, se pone los audifonos y sale.

Llega a la esquina, la micro no pasa. No se desespera; toma un libro y, de pie, lee unas 5 páginas. Pasa la micro y para frente a él. Se sube.

Vuelve al libro, y lo lee sin pensar en nada más hasta encontrarse con la siguiente frase: "Está lloviendo en macondo". Se le erizan de pronto los recuerdos; le pinchan por dentro de las venas. Un lugar de él que durante mucho tiempo mantuvo Stand By está por volver. Algo pasó.

No sabe por qué, pero comienza a sentir ese vacio en la boca del estomago, tan común en momentos de ansiedad. Sus ojos se enrojecen, más no lloran. No.

Justo ahora, solo, descubre una pena que ha arrastrado ya desde hace mucho, y sin más compañía que la de frías almas extrañas y melodías urbanas, siente los efectos esa pena.

Busca con la mirada un abrazo, mas las otras almas, extrañadas ante tal petición, comienzan como avergonzadas a evitar el contacto visual.

No tiene nada.

Baja de la fría jaula común para entrar en el gran espacio vacío en que se convierte santiago por estas temporadas; como si él frío espantara, las calles están en silencio.

Ama el frío, independiente de lo feas que le ponga las manos, pues este le ayuda a pensar más en si mismo.

Descubre de a poco, paso a paso, que durante mucho tiempo ha tenido los ojos cerrados. Cerradísimos y apretados, y todo a conciencia.

Disfrutaba de una soledad envidiable; no necesitaba de nadie más.

Mas hoy no. Hoy si necesita de alguien y no tiene a nadie.

Se hace un espacio en el último vagón del metro mientras ve como algunas gotas perdidas chocan con la ventana. Así, según él, le pasó. Caía y caía tranquilo. Siempre sin mirar abajo.

Cometió un error grave; nunca asumió que, tarde o temprano, tocaría suelo.

Observa tímidamente por sobre el hombro de alguien un rostro no familiar. Pero parece triste.

Siente toda la tentación de acercarse para darse una oportunidad, ambos, y compartir este mal momento. Pero no funciona así esto.

Y como siempre, incluso cuando quiere mucho, se arrepiente de lo que ha estado por llevarse a cabo, etiquetando el acto como un momento de poca lucidez.

Baja del metro perdido en pensamientos que no se detienen ni lo harán; sabe a lo que estos quieren llevarlo, pero no quiere darlo por hecho; asumir lo solo que está y que, muy posiblemente, esté involucrando sentimientos en la imagen de una alma que jamás le mirará como una opción válida no es fácil.

Se deja guiar por la inercia mientras la rutina lo lleva al destino. Siempre es así; no es capaz de enfrentar a la inercia ni a la rutina y termina exactamente donde no le corresponde.

Luego de un largo día lleno de pensamientos que en espiral lo hunden más y más, llega a casa. Saluda como siempre, deja las cosas a medio camino, como siempre, y come algo, solo, como siempre.

Al terminar va a su pieza y enciende el pc mientras ordena un poco.

"Está lloviendo en macondo"

"Sí" piensa resignado "Y bastó que todo se inundara para que lo notara".

martes, 26 de mayo de 2009

Diecisiete

Y cuento los suspiros a lo largo del día, mientras la angustia me consume por dentro. Aguanto la tentación de dar señales de vida, aún recordandote a cada veinte minutos. Es que aunque ni quiera, te pienso bastante.

Recurro entonces a los recursos más absurdos para olvidar que existes, como dibujar paisajes que lentamente se convierten en tus ojos, o escribir palabras por escribirlas y terminar definiendo cada sentimiento que me viene implícito tras tu nombre. Termino haciendo poemas, esos que, indirectamente, gritan un "Te quiero más de la cuenta".

A veces, es mejor no verte. Sí. Porque para cuando lo haga, me será imposible no perderme en tus facciones, y no resistiré la caída hasta lo más profundo de tus ojos. Dejar una distancia prudente entre tu y yo me será de gran dificultad , tomando en cuenta lo impulsivo de mis brazos que mueren por abrazarte una vez y otra más. Y si no hablo de mis manos es porque no han tenido el placer de conocer tus texturas, de haberlo hecho, te lo aseguro, mis caricias jamás te abandonarían.

Pero no sé cuanto quieres en verdad de mí.

A veces quiero quererte, y no me importa cuanto más de la cuenta. Pero le temo a tu dolido corazón, ya frágil producto del frío, la melancolía y la soledad. Le temo tambien a tus ideales, seguramente no llego ni a los talones del estereotipo que has esperado toda tu vida. Compararme con ellos sería convertirme en la nada misma.

A veces sería noble quererte más de la cuenta. Mas hoy solo te quiero mucho, y eso, creo yo, cuenta.

Dieciséis

Me gusta la lluvia. Me gusta caminar y no pensar en nada más que las gotas golpeandome lento, acompañadas de un aire frío, ayudandome a olvidar el tiempo, mi edad (que según dicen, ya no es la de quien hace de la lluvia un pasatiempo) e incluso mis problemas.

La lluvia cura algunas heridas.

Hace unos minutos le dije a un muy buen amigo "... Es que los días así nos traen a la memoria aquello que los días de calor logran dilatar entre nuestras neuronas...". No sé si será objetivo. A mí al menos me pasa.

Los días así tienen sus Pro y sus contra. Cuando amanece nublado, lo último que quiero hacer es levantarme. No quiero salir al frío, no quiero lavarme la cara ni ponerme el uniforme con que me disfrazo a diario. Sin embargo lo hago, porque en el fondo de mi mente sé que es una trampa de estos días; una trampa que se traza entre el otoño y mis sábanas. 

Una vez atravezado el primer obstáculo, se abre un mundo de posibilidades; ¿Lloverá? ¿Será necesario abrigarme más? ¿Hará calor en la tarde?

Con días así no se sabe, y vestirse es como el cocinar para una fiesta donde no se sabe cuantos invitados llegarán...  o no es suficiente o sobra.

Trampas así abundan cuando las nubes y el viento dialogan con ojas amarillentas que se resisten a la caída como si eso las llenara de honor, y el sortearlas es cosa de sabios.

Sin embargo, la trampa más grande es la que tenemos en nosotros mismos preprogramada, como Stand By hasta la llegada del otroño.  Cerca de Junio, los recuerdos comienzan a acumularse en la puerta de la conciencia, y con las primeras gotas caídas del cielo comienza a filtrarse entre las rendijas una melancolía inexplicable, llena de pasado, llena de ayer, llena de todo lo que quisimos enterrar en las catacumbas de nuestra memoria. Caímos en cuenta de lo mucho que hemos dejado, de lo mucho que extrañamos, de lo mucho que necesitamos aquello que ayer si poseímos.

No hay caso con el otoño.

Por mi parte, la lluvia me da miedo; me es sinónimo de soledad. No sé, tal vez sea porque no he compartido una lluvia con nadie,  y hace mucho que no camino con paraguas para dos.

Nadie sale de casa mientras llueve; todos se acuestan, todos menos yo. Y quedo, irremediablemente, solo. 

Me gusta la lluvia. Me gusta sentirla en mis brazos, en mi cara, en mi pelo. Porque en el fondo, bien en el fondo, la lluvia es mi única compañía por estos días.

domingo, 24 de mayo de 2009

quince

Odio los cables a tierra; tienden a arrebatar toda la magia de los grandes días.

No sé en realidad que le dá a este cabro por ponerse a pensar en problemas a eso de las 4:30Am, esa hora en que está tan solo que ni yo mismo, desde mi estratégico punto en el centro izquierdo de la caja toráxica, puedo animarlo mínimamente. 

Es que está solo y no lo asume. O lo asume y no hace nada para cambiarlo.

No sé que será peor; el problema o su conformidad enfermante.

Tiende a decir que sí,  que es fuerte de mente y que todo el poder que necesita está ahí. Pero no es así; este pajarraco me ha ignorado tan seguido que ya no se da cuenta de las enmarañadas estrategias que le he tendido en su vida.  Y vallan ustedes a saber cuantos frutos me han traido... algunos podridos, otros no tanto...

En pocas palabras, cree que tiene el control de todo...  Pobre iluso.

jueves, 14 de mayo de 2009

Catorce

Y como esperando que algo suceda al fin, cierro los ojos y extiendo mi mano al frente.

Independiente de que ya no confíe ni en mi, necesito tacto. Sí. Tacto y todo lo que conlleva, onda textura, temperatura y quien sabe cuanto más. Es que ya me canso de esperar nada, me canso de una lucidez enfermiza que termina drogandome aún más que cualquier melodía o humo insano, haciendo añicos cuando color encuentra en el mi reducido mundo,que ya se congela, lento, de adentro.

Por ello, extiendo mi mano.

Porque me consta que existes en alguna parte, y que tus ojos serán lo suficientemente vivaces para ver cuanto te necesito. Pienso que, seguramente, tus manos serán mucho más suaves que las miles de respuestas que he encontrado en mi triste caminar.

Porque eres causa y efecto de lo que siento, y donde sea que estés, tarde o temprano, te darás cuenta de que sí, aún hay quienes estamos dispuestos a querer. Pero no así como así; y no es que pida mucho. No. Sólo necesito de tí, un segundo de seguridad. Un segundo de tacto.

Es que necesito tu mano. 

Luego vendrá lo demás, seguro. pero ahora no necesito más que estar junto a tí, un segundo, un minuto... Un día, una vida... Pero siempre de tu mano; que al fin, luego de mucho andar, encontró entre los miles de te quieros perdidos y los rescoldos de amores mal consumados (que, por cierto, abundan en esta ciudad) una mano fría y perdida, escondida de la verguenza en los callejones de lo absurdo, donde los sueños congelados por el paso del tiempo esperan por gente como tú, que creen que gente como yo puede necesitar mucho más que un apretón de manos o un beso frío.

Yo por mi parte estaré nervioso, sonriendo, con esa risa que no conoces bien pero te encantará cuando te enteres de cuantos te quieros está aguantando.

jueves, 30 de abril de 2009

trece

Podría apostar que este último mes me he sometido a más de 800 preguntas.

Son al menos 340 ejercicios matemáticos, de todos los tipos. No me quiebro la cabeza cuando me complican, aprendí a omitir / aceptar mi ignorancia.

Con 150 textos e inferencias, mi vida se ha convertido en un instante, y mis escapes a la realidad se reducen a una pantalla y un teclado conectado con el mundo. 

Voy viajando en una burbuja.

No se cuantas cosas he aprendido y ejercitado; no tengo donde ni como ponerlas a pruba. Me sería muy útil, por ejemplo, analizar lo que dicen tus miradas, inferir lo que no se ve de cada sonrisa y leer, así textual, cada linea de tus manos. Sentarme a tu lado y comparar tu hoja de respuestas con la mía, no con el fin de compiar, no, sino que para ver que tanto has respondido, cuan diferentes están las alternativas y finalmente cuales puntos, en blanco, has omitido.

Así se piensa desde la burbuja.

A eso de las 9 se revienta, y así, desarmado y con dolor de ojos, me enfrento a algo desconocido. No hay teoremas que me indiquen como solucionar la vida misma, y los conectores que han tejido mi realidad pasan tan desapercibidos que ya no se si niegan, avalan o les dá lo mismo las cosas que han conectado

Sin burbuja me da frío.

Luego de andar unos minutos entre autos y almas apagadas, noto lo frío que siento ese lugar entre los ojos y sobre la nariz. Luces, fugaces, prenden y apagan mis miradas, que cansadas por los intentos vanos ya no buscan nada más que palabras donde refugiarse del mundo. Y así, como si fuese lo más normal a esas horas, una lagrima vacía que no logra salir del todo se asoma.

A veces quiero responsabilizar a las 100 lecturas diarias, al frio y a la presión atmosférica. Y no.

Es que en el fondo, siempre ha querido salir y ya.

martes, 14 de abril de 2009

Doce

Es tiempo de admitirlo; necesito con urgencia manos que encajen en las mías.

Orejas que oigan las miles de canciones que tengo preparadas para "la Ocasión". Ojos que deséen leer las mugrientas palabras que buscan ser más que un parrafo sin sentido escrito por un emo llorón. Un corazón grande, tan grande como para ignorar las fugas de mi memoria, mezclado con paciencia infinita frente a mi impuntualidad. Necesito una fuente inagotable de abrazos, dispuestos a pararme cada vez que las piernas se me doblen de ansiedad.

Quiero querer. Quiero olvidar de que existe el mundo y su maldad, olvidarme de las estrellas y su vanidad. Olvidar que estoy vivo y todo lo que conlleva; dejar atrás penas y alegrías y comenzar así, transparente, a querer mucho.


domingo, 12 de abril de 2009

Once

Parece ser que ya ha pasado bastante tiempo y he descubierto causas para algunos efectos que me eran inexplicables. 

Pasó que ayer me puse a escribir. Me conté algunas historias que creía olvidadas y recorde situaciones frustrantes tan antiguas que me dan solo nostalgia. Nada de pena. Nostalgia.

Anoté por ahí memorias de la escuela de lenguaje. Jevi igual; como que recordé incluso algún trabajo en plastilina. Me acordé tambien de la pequeña sala con no más de dos mesas, con tablas viejas pintadas de un amarillo fuerte y un meson alto para la Tía Marcela. Una sala con una tele, donde alguna vez vieron una película de Disney sin mi (lo que me da pena rabia hasta el día de hoy; muchas de las películas de disney las he tenido que ver ahora de grande).

Recordé que fuí muy niño. Que fuí "el barrendero" en la canción de cachureos que decía "me pongo de pie, me vuelvo a sentar", que tenía bigote y patillas largas que hacían juego con la boina cuadrillé. Que era simple ser bueno; que era fácil hacer lo que debía hacer y aún tener tiempo libre. Que era fácil ser niño.  

Parece que recordar me hace bien.

Me levanté hoy con otra mentalidad. Diferente-Mejor. Puede ser que la conversa con algunos amigos de temas que no tocaba hace mucho me hayan hecho replantearme, regresando a los porque de lo que soy ahora.  Genial. Me hacían falta los fundamentos de mi propia existencia, los que no tenían influencia alguna cuando niño, pero ausentes hoy me hacen perder el rumbo.

Hoy estoy más seguro. Y nada tiene que ver la semana santa ni la Santa programación de Mega. No. Los concejos sarcedotales solo coinciden con el crecimiento interior que me dió el conversar aquellos temas con aquellas gentes.  No hay nada de divino, nada más divino que lo humano.

jueves, 2 de abril de 2009

Diez.


Durante el ultimo semestre, el usuario presenta una alta tendencia al ahorro. Desde la disminución del tiempo en el pecé hasta el pirigüeñéo de Lapices en clases.




Se ahorra lo que le sobra; onda monedas de 10, a veces de a 50. Ahorra trozos de cartulinas de colores y pasta de zapatos.


Se ahorra tambien respuestas inutiles, acciones inconducentes y pensamientos bastos. No despilfarra palabras ni gestos, guarda en cajones papelitos con memorias, las que con el tiempo se pierden y se olvidan.


En un baul tiene ideales, que se ha ahorrado para tiempos mejores, y en otro más grande tiene todas las películas que el tiempo le ha postergado.En definitiva, ahorra.


Pero ahora parece que falla; le ha dado por ahorrar tambien de lo que no tiene: se ha dedicado a ahorrarse todo posible sentimiento, sensación o experiencia de aquellas, las que te hacen mejor, sentir vivo o simplemente sentir el "que-se-yo".


Con mi visión de analísta, creo que debería de buscarse un crédito a plazo para lo último... onda no seguir perdiendo el tiempo esperando cosechar frutos donde nunca se ha plantado nada... De no hacer algo para no continuar con esta absurda tendencia, perderá valiosos momentos para su vida. Y no es la idea de él ni de nadie.

jueves, 5 de marzo de 2009

Nueve

Cortad las esperanzas, que ya nadie espera rosas de un vertedero.
Os pido esto con respeto, porque me molesta la incesante busqueda de bases en mi, esas que incluso yo desconozco. Me molesta que esperen tanto de quien falla, se martiricen por el sufrimiento de otro y hagan propios problemas que no llegan a comprender, cuando lo mejor sería incluso compartirlos.

No me exijan que repita como loro. Porque la capacidad está, pero sin la intención solo consigo reirme de quienes aun creen en viejos cuentos chinos.

martes, 24 de febrero de 2009

Ocho.

Y dejo de creer ciegamente.

Alguna anomalía me hizo ver las cosas como eran realmente, y me dieron puras ganas de ser ciego para siempre.

Es que a veces la ignorancia acomoda.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Siete.

Se sintió triste inexplicablemente. Era sentir la ausencia de algo, como si le faltara una parte de si mismo.

Digamos que no es muy expresivo. Ni con el resto, ni consigo mismo… Con nadie. Tiende a escuchar canciones con ideas positivas, con detalles de aquellos que le gustaría que abundaran en su vida. Y no sabe lo mal que le hacen; lo llevan a un estado en donde lo único que termina haciendo es preguntarse repetidas veces “¿Por qué no a mi?”.

Cuando lo piensa cae en un espiral de pena inexplicable (insisto con lo de inexplicable). Siente el peso de todo lo que no ha vivido, y el arrepiento por no haber actuado lo supera de sobremanera.

Escucha acordes agudos, de esos que deberían animar. Pero en él no cumplen la función correcta; es como que le trajera de vuelta recuerdos malos. Ósea, así es la sensación; los recuerdos malos no existen.

Y tal es la carga que no le queda más que tomar asiento frente al ventanal a eso de las 7, aguardando a que el sol le dé en los ojos, dejándole la mente en blanco y el corazón insensible, con la esperanza de que el correo no sean spam o cadenas, y que el teléfono ya no sea la empresa de cobranza.